- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Fotografía: especial
En un lenguaje audaz en vísperas de la campaña electoral que se iniciará en México, Carstens señaló que con éxito la promoción de una agenda de desarrollo económico basada en reformas estructurales, podría lograr que las tasas de crecimiento del país fueran superiores a cinco por ciento anual en la próxima década.
“Es muy importante para los candidatos a la presidencia y para la próxima administración comenzar a pensar sobre las reformas estructurales”, dijo.
El reto que enfrenta México, aseguró Carstens, es cómo traducir un marco macroeconómico muy adecuado en un mayor crecimiento económico”.
Con las campañas para la elección presidencial del 1 de julio a la vuelta de la esquina, que oficialmente inician el viernes, Carstens, dijo que sólo mediante la apertura de nuevas fuentes de dinamismo México podrá dar el salto.
“El escenario central es un crecimiento económico inferior en Estados Unidos para los próximos años. Eso significa que México no tendrá este tipo de demanda externa importante, por lo que vamos a tener que buscar fuentes adicionales”, dijo.
Una de esas fuentes debe ser el sector de la energía, que está dominada por Pemex, el monopolio petrolero estatal.
Como resultado, la producción diaria promedio ha caído alrededor de 25 por ciento desde 2004, a 2.6 millones de barriles al día.
“Esa capacidad ha sido limitada y por tanto es muy importante abrir esos sectores”, agregó.
También dijo que la creación de un mercado laboral más flexible es esencial.
Durante años, los economistas se han quejado de que la legislación mexicana disuade a las empresas de asumir empleados de tiempo completo. El resultado, dicen, es un gran sector informal.
Una última área son las telecomunicaciones, donde sólo una empresa domina el sector.
“No tenemos toda la inversión que se requiere y no tenemos toda la gama de servicios que podría haber”, dijo.
Redacción Emet