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Al peje le acompañaron unos 100 representantes de los medios de comunicación en el inicio formal de su campaña donde reiteró que están en juego dos proyectos de Nación: el representado por él y el que representan los otros tres candidatos
Directa o veladamente, los desastrosos resultados de la administración federal que encabeza Felipe Calderón -quien voluntariamente renunció al ejercicio del Poder Ejecutivo Federal para convertirse en coordinador de campaña de la candidata panista y adelantó también su despedida con un reprobable “mini informe” al que fueron acarreados 10 mil burócratas y sus familias- fueron el blanco de todas las declaraciones y críticas de los candidatos presidenciales, incluso de la abanderada de Acción Nacional. Fue precisamente López Obrador el que inició el fuego en contra de la gestión del inquilino de Los Pinos al señalar estar confiado en el respaldo de los “hombres y mujeres libres” para iniciar, a partir del 1 de julio, el cambio verdadero que necesita el país.
Al “peje” le acompañaron unos 100 representantes de los medios de comunicación en el inicio formal de su campaña donde reiteró que están en juego dos proyectos de Nación: el representado por él y el que representan los otros tres candidatos. Insistió posteriormente en su primer acto masivo en Tabasco en que aunque hay cuatro candidatos sólo hay dos caminos: tres de ellos “representan lo mismo, que es pobreza, desempleo, inseguridad, violencia, corrupción, sufrimiento, y hay otro camino que con mucho orgullo estamos representando: honestidad, justicia y amor, mucho amor.
Desde el inmueble que fue denominado “Gobierno Legitimo” en la Ciudad de México, llamó a sus simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a hacer una campaña para alcanzar esos objetivos. López Obrador fue cuestionado sobre el perdón que dio a Felipe Calderón y reiteró que “no soy un hombre de rencores, no olvido, pero si perdono”. Tras la conferencia de prensa el abanderado de las izquierdas se dirigió al aeropuerto y fue despedido por un grupo de brigadistas del PRD e integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas ((SME).
López Obrador voló a su tierra natal, Macuspana, Tabasco, en donde señaló que “nunca me olvido de mis orígenes. Llevo prendido en mi corazón a mi pueblo, a Tepetitán, a Macuspana, a Tabasco”, y ahí arrancó sus actividades proselitistas con el fin de, dijo, “liberar al pueblo de México de la crisis” en que lo hundió el calderonismo. Sin embargo, advirtió a sus simpatizantes y militantes de los partidos de izquierda la necesidad de promover el voto y cuidar las casillas el día de la elección a fin de “evitar que nos vuelvan a hacer lo mismo que en 2006”. En el estadio de béisbol “Tumbapatos”, en donde se reunieron 40 mil asistentes, el abanderado presidencial de la coalición Movimiento Progresista se comprometió “con humildad y de manera sincera a entregar todo mi esfuerzo mi capacidad como dirigente. Voy a luchar con honestidad, a luchar por la justicia. Me comprometo a entregar… mi corazón al pueblo de México”, dijo con la garganta desgarrada por la emoción por lo que tuvo que hacer una pausa para tomar aire, llevarse las manos a los ojos y concluir su idea.
Advirtió a sus seguidores que enfrentan a ”un grupo de intereses creados muy poderosos, al dinero, a los aparatos gubernamentales, también algunos medios de comunicación, pero tenemos la razón desde 2006, cuando quedó de manifiesto que eran indispensables los cambios”. Insistió en que se requiere que la gente “conozca bien que hay una salida a esta crisis económica y de inseguridad y de violencia”, y propuso ir por un cambio verdadero, entendido como un gobierno al servicio del pueblo, que reactive la economía con la participación de los productores, empresarios y trabajadores, para “terminar de una vez y para siempre con la corrupción que impera en nuestro país” y “saquemos al país del estancamiento económico y podamos generar un millón 200 mil empleos al año”.
El tabasqueño, quien estuvo acompañado por los dirigentes nacionales del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, Jesús Zambrano, Alberto Anaya y Luis Walton, respectivamente, subrayó su compromiso de sacar de la pobreza a 15 millones de mexicanos; a terminar con la violencia. “Vamos a serenar al país con trabajo, educación para jóvenes, bienestar y, como añadido, atender las causas” que originan la crisis nacional. López Obrador recordó que en Tabasco también habrá elecciones locales en julio y dijo que por eso “tenemos que ir todos juntos, porque tenemos que triunfar, volver a ganar la Presidencia de la República y ganar la gubernatura –con Arturo Núñez Jiménez- para que se acabe la pesadilla que ha padecido Tabasco”.
De ahí partió a Coatzcoalcos, Veracruz, donde prosiguió su campaña proselitista. Ante unas 4 mil personas reunidas en el parque de béisbol Rafal Hernández Ochoa, dijo que en todos los partidos hay coincidencia y consenso respecto a que las cosas no marchan bien en México, “sabemos que estamos atravesando por una de las mayores crisis de nuestra historia”. En esta entidad, recordó que México es un país petrolero, con pueblo pobre, por lo que se comprometió a construir cinco refinerías, usar el petróleo como palanca del desarrollo y bajar los precios de las gasolinas y el diesel. Reiteró que en los próximos 90 días estará en todo el país para pedirle a la gente que se sume a su proyecto como promotor del voto.
Lilia Arellano - Opinión EMET
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