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Los invitados al acto asistieron prácticamente uniformados, con corbata azul. El video que se transmitió durante el acto mostró imágenes de Calderón en campaña
fue un recuento de la cara amable de su asenso al poder, su desempeño y su despedida.
El escenario para la promoción presidencial fue el Auditorio Nacional, que desde temprano se desbordó por miles de burócratas que hacían fila en los accesos para atravesar los puestos de revisión, pues el dispositivo de seguridad fue exhaustivo.
Acompañado por su esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo, sus hijos y los integrantes del gabinete, la parafernalia fue espectacular: como una estrella del pop, el presidente fue iluminado por el rayo potente de un reflector.
El acto fue denominado “Un gobierno democrático que rinde cuentas”. Sin embargo, careció de pluralidad y, básicamente, la concurrencia estaba compuesta por quienes obtuvieron empleo durante su gestión.
De acuerdo a APRO, también estaba el líder del PAN, Gustavo Madero y algunos gobernadores panistas. Notoria fue la presencia del embajador estadunidense, Anthony Wayne.
Aunque la secretaría de Gobernación se apresuró a rechazar que fuera un acto de campaña, los símbolos fueron claros:
Los invitados al acto asistieron prácticamente uniformados, con corbata azul. El video que se transmitió durante el acto mostró imágenes de Calderón en campaña… fue un recuento de la cara amable de su asenso al poder, su desempeño y su despedida.
En este acto no se recordó cómo asumió la presidencia, las víctimas de su período, los desaparecidos y afectados por la violencia criminal y la del Estado. Los escándalos de corrupción en sus obras emblemáticas, ni la de sus familiares. En síntesis, fue un acto a modo. Como era de esperarse, el presidente concentró el arranque de su discurso en la política de seguridad. Expuso lo que ya ha dicho en repetidas ocasiones: que su gobierno combate “como nunca” al crimen, que de no haberlo hecho a su modo hubiera sido peor, que el avance del crimen organizado es culpa de los gobiernos del pasado.
También expresó que dejar pasar más tiempo, hubiera implicado dejar en una posición difícil a la próxima o próximo presidente de México: “hubiera sido demasiado tarde”, dijo.
El presidente hizo un recuento de obras, programas acciones y resultados en los que esgrimió cifras de su administración. Para Calderón el país está mejor que hace seis años y, como lo han hecho todos los presidentes anteriores, afirmó:
“He actuado conforme el deber me indicó”.
Desde el inicio del año, Calderón ha realizado numerosas actividades y ha recorrido la mayoría de las entidades federativas, inaugurando obras grandes y pequeñas; ha puesto en marcha programas sociales como la ampliación de 70 y más, para regalar dinero a los ancianos o Compuapoyo para subsidiar la compra de computadoras a la población de bajos ingresos.
Inclusive el pasado lunes, cuando la atención la acaparaba la visita del Papa Benedicto XVI, Calderón lo despidió y viajó a Jalisco. Hoy, va de regreso a Guanajuato, donde volverá a inaugurar obras.
El año pasado, poco antes de que iniciaran las campañas para elegir gobernador en varias entidades del país, Calderón convocó a dos actos semejantes: uno de estos celebrado en mayo con casi la misma concurrencia, sirvió para que el mandatario pidiera a sus empleados que difundieran su obra, que era su deber promocionar al gobierno.
Redacción EMET
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