Arranca *guerra sucia*. (Lilia Arellano)

 

De ahí que López Obrador demandara al IFE garantizar elecciones limpias y democráticas desde ahora ya que no se trata solo del día de la jornada, sino que debe cuidarse que no haya uso de recursos públicos desde los gobiernos estatales

Lo dicho por el presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, en la fecha del 83 aniversario de ese partido dio inicio a la guerra sucia. Es a partir de ese día que los dirigentes de las otras fuerzas políticas dieron rienda suelta a una serie de críticas no solo sobre lo expresado sino por lo hecho durante 70 años de gobierno. “Al PRI corresponde ponerle fin a la pesadilla de dolor, violencia, corrupción y pobreza que el panismo le ha recetado al país”, pronunció enfático el cozumeleño. Y nada de lo dicho es mentira, solo que lo mismo dicen quienes deben calificar a sus gobernadores y de entre ellos a la mayoría de los 18 que tiene el tricolor.

La corrupción y la pobreza merodean al igual que la violencia y el dolor por las muertes en todo el territorio nacional. No hay un solo Estado en donde no surjan hacia los gobernantes tanto estatales como municipales los adjetivos de corruptos, autoritarios, prepotentes, de negligencia hacia su responsabilidad, de abusos de poder, de nepotismo, de impunidad. Las palabras de Joaquín Coldwell son en el presente atribuibles a todos los partidos y a sus funcionarios. En efecto, existe una “fatiga generalizada” y va creciendo en todos los órdenes y abarca a los 3 niveles de gobierno y a los 3 Poderes.

Son una mayoría los mexicanos que se preguntan ¿qué hacen los diputados?, ¿cómo pueden llamarse representantes de un pueblo al que no escuchan, del que están totalmente alejados? Y de los senadores, que se han auto convertido en una “casta divina” pueden formularse las mismas interrogantes que reciben una rotunda respuesta cuando encuentra uno sus nombres en la lista que por la vía plurinominal los llevará a la Cámara Baja. El Poder Judicial conoce del punto máximo de descrédito y no se parte del escritorio del Misterio Público sino más abajo, justo donde se abre el cajón queda entrada a la corrupción que llega hasta la mera cúpula.

Del Poder Ejecutivo ya van encargándose día con día todos unidos, incluyendo a los que militan en el partido que insertó a Calderón como inquilino de Los Pinos. En cuanto a los gobernadores, sabido es que se apoyan en esa aceitada estructura que conforman y que mantienen sea cual sea la bandera que los postuló. Lo mismo priístas que panistas o perredistas, utilizan el dinero de los impuestos para la prostitución de la política. En ninguna Entidad se limitan al dinero que se les asigna a los partidos para su trabajo y tratándose de las contiendas los montos no conocen límite por más candados que se diga que hoy se tienen.

De ahí que López Obrador demandara al IFE garantizar elecciones limpias y democráticas desde ahora ya que no se trata solo del día de la jornada, sino que debe cuidarse que no haya uso de recursos públicos desde los gobiernos estatales y el federal; así también, sostuvo, debe garantizarse la equidad en los medios de comunicación. Y es que sin excepción, en las Entidades los mandatarios, incluyendo a los alcaldes, habrán de respaldar económicamente a los candidatos de su partido y en este tenor debe considerarse que la izquierda ya perdió todas sus posiciones. Por lo que respecta al gobierno federal sabido es que no habrá limite para los recursos económicos pues la lucha por retener el poder los ha llevado a dar muestras del tamaño de su interés por rebasar cualquier principio democrático; en cuanto a los medios de comunicación solo con revisar lo aprobado legalmente se sitúa al tricolor con un porcentaje de comerciales televisivos y radiofónicos que superará el 60 por ciento de los  autorizados en total.

Hablando de la guerra sucia en un paradero de autobuses en la capital de la República se instaló un llamativo anuncio que señala “Frente a la ineptitud de lidiar con el narco”, escrito en azul y blanco y con la tipografía que utiliza el PAN en la mayoría de sus espectaculares, “la experiencia de negociar con ellos”, este último sobre fondo rojo y de plano con el logo del PRI. Firma “La Fuerza de México”. Obviamente que tal propaganda despertó ira entre los tricolores del DF que se lanzaron en contra de ese tipo de ataques, aunque nada dijeron ni se quejaron cuando su máximo líder llamó al actual sexenio como “pesadilla”.

Lilia Arellano