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Andrés Manuel López Obrador candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista en reunión con integrantes de la Cámara Nacional de la Industria y Promoción de Vivienda Delegación Nuevo León fotografía archivo
Claudia Sheinbaum, quien ocuparía la cartera de medio ambiente en la administración del político tabasqueño organizó el taller al que respondieron académicos, investigadores, entre ellos Blanca Jiménez y Enrique Provencio, y en lo particular integrantes de los movimientos Greenpeace, Reforestemos México, de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional.
Sheinbaum informó que en México se vive un proceso de degradación ambiental que resta capacidades productivas, genera pobreza, inequidad, endeudamiento y contribuye a la violencia.
“Les proponemos un cambio profundo en la política ambiental, en compromiso con las actuales y futuras generaciones, que revierta el deterioro y construya un nuevo país, incluyente, equitativo y sustentable”.
Al recoger los resultados, investigaciones y sondeos del sistema nacional de identificadores ambientales, se informó que México ha perdido el 42 por ciento de sus selvas, el 28 por ciento de los bosques y 65 de manglares.
Más del 80 por ciento de las pesquerías nacionales han alcanzado su aprovechamiento máximo; cerca del 50 por ciento de los suelos presentan algún tipo de degradación causada por la actividad humana y 52 por ciento de las especies de anfibios; 54, de reptiles; 34, de aves, y 45 de especies de mamíferos, están considerados dentro de alguna categoría de riesgo.
La propuesta general en materia ambiental para la regeneración de México se apuntala en cinco vías: dimensión ambiental de la política pública, mejoramiento ambiental para reducir la pobreza y contribuir a la equidad; mitigación y adaptación al cambio climático desde la perspectiva local, mejora de la gobernanza ambiental, de la procuración de justicia ambiental y el impulso a la participación ciudadana, y metas claras de mejoramiento ambiental.
La propuesta pretende establecer metas alcanzables en un periodo de seis años, entre ellas la reforestación productiva de un millón de hectáreas en el sureste, disminuir las fugas de agua en las zonas de distribución de agua potable en las zonas metropolitanas, alcanzar niveles de calidad aceptable en el agua, duplicar la participación de las fuentes renovables de energía, sanear y restaurar las cuencas más importantes, controlar el manejo de los residuos sólidos de las principales zonas metropolitanas, y disminuir la contaminación atmosférica.
Redacción Emet - la jornada
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