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Cuando George W. Bush justificó la invasión de EUA a Iraq, lo hizo mediante un discurso biopolítico, diciendo que se trataba de una intervención quirúrgica preventiva
Camilo Ramírez Garza
Psicoanalista
Twitter: @CamiloRamírez_
“Someter una experiencia a un examen científico da pie para
Que se piense que la experiencia tiene por sí una subsistencia científica”
Jacques Lacan
“El objeto del psicoanálisis no busca adaptar al sujeto a la realidad, sino más bien,
plantear, en primer momento, cómo surge eso llamado realidad”
Slavoj Zizek
Foucault no vacila en plantear de manera directa que la verdad surge ante todo como una construcción histórica, es decir, posee un contexto específico para los usos y costumbres del poder; eso que ante todo se deberá tomar y creer como “La” verdad no es algo natural, sino una construcción con fines específicos: mantener el poder, el control y la vigilancia de los sujetos. Que para darle “validez” y “poder” a eso que se plantea como “La” verdad se la plantea como algo natural o de inspiración divina. William Harvey, quién descubrió la circulación de la sangre, empleó una referencia astronómica y política para legitimar su descubrimiento, al paso que reconoce y otorga un estatus “orgánico-natural” al rey y al poder que ejerce:
“…el corazón es al cuerpo humano lo que el Sol a los planetas: el centro, el motor, la fuente de todo crecimiento y de todo poder (por cierto, de igual modo que el rey es “el fundamento de su reino, el Sol del mundo gira a su alrededor, el corazón de la república, la fuente de todo poder”[1]
Cuando George W. Bush justificó la invasión de EUA a Iraq, lo hizo mediante un discurso biopolítico, diciendo que se trataba de una intervención quirúrgica preventiva, así como religiosa ya que Dios mismo se lo había pedido. Es decir, para legitimar la verdad, y la intervención militar se emplea la fuerza del discurso “por el bien” y la “salud” de la medicina, en particular de la cirugía, así como el de la ultra-derecha religiosa, del mandato divino; casualmente el mismo argumento que sus “terroristas” emplean para atacar EUA, “matar a los infieles”. Cosa similar cuando se habla de “limpiar” la sociedad del “cáncer”[2] que padece. (p. ejemplo. El discurso del presidente mexicano Felipe Calderón, desde su slogan de campaña “De manos limpias”, hasta su campaña “Limpiemos México”, emplea una visión de higiene que separa y aniquila a “los malos” de la sociedad, con lo cual, al crear “los monstruos”, quien ejerce ese criterio cree excluirse y decir, “Ellos son los sucios que deben morir, nosotros somos por lo tanto los limpios”
La imagen[3] y la estadística: dos estrategias para construir y sustentar la verdad en relación con el rating del mercado del infotenimiento.
“La televisión está produciendo una nueva permutación, una metamorfosis, que revierte en la naturaleza misma del homo sapiens. La televisión no es solo un instrumento de comunicación; es también, a la vez, paideía (proceso de formación), un instrumento “antropogenético”, un médium que genera un nuevo antropos, un nuevo tipo de ser humano”[4]
Cambio que plantea de entrada, más allá de que la verdad sea vista o no por la TV en tiempo real, que el estatuto de verdad actualmente es ante todo una verdad de imagen, en donde en detrimento del diálogo, la argumentación, el debate y el análisis, la imagen pretende capturarlo y abarcarlo todo: “Cuando contemplamos una imagen obtenida a través de un medio fotográfico/electrónico, nada parece interponerse entre nosotros y la realidad; nada hay que pueda obstaculizar o distraer nuestra vista. “Ver es creer”, lo que significa que “lo creeré cuando lo vea”, pero también que “lo que vea será lo que creeré”.[5] Confeccionando humanos pura imagen, ojo sin razonamiento ni mediación del discurso; quizás por ello la clase política invierte millones y millones en imagen (consulta de imagen, imagen televisiva, imagen en la red, imagen, imagen y más imagen…) justo porque no encuentran como sostenerse mediante la palabra (argumentaciones) y acciones, estas no los sostienen.
Cuando Felipe Calderón pide que se hable bien de México en el extranjero no sabe que al pedir algo que no se da de por si, está reconociendo que la cosa no anda para nada bien, y que al hablar “bien de México” se estaría intentando cuidar la imagen, que en la realidad no se sostiene; para ello él mismo viaja rodeado de un ejercito del estado mayor presidencial a diversos destinos turísticos: en la imagen él sale a cuadro solo, aparentemente disfrutando del paisaje y los paseos, detrás de cámaras está la realidad: México y su presidente están “seguros” a condición del blindaje de los autos y los ejércitos armados hasta los dientes que le protegen a cada momento. Si el camarógrafo de tales comerciales diera una toma al estilo “bullet time” entonces habría aparecido para todos esas imágenes por demás conocidas sobre la realidad que se vive día a día.
[1] Willaim Harvey, An Anatomical Disquisition on the motion of the heart and blood in animals, Enciclopedia Británica- The University of Chicago Press, 1952. Citado en Labastida, Jaime El edificio de la razón, México: Siglo XXI, pp. 47-48.
[2] Cfr. Sontag, Susan La enfermedad y sus metáforas. El Sida y sus metáforas.
[3] Cfr. Sartori, Giovani El homo videns: la sociedad teledirigida. Ed. Santillana.
[4] Sartori, G, op.cit., p. 42-43.
[5] Bauman, Sygmund Miedo Líquido. Buenos Aires: Paidós., p. 32.
Camilo Ramírez Garza / @CamiloRamirez_ - Contenidos EMET
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