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Para entender a Andrés Manuel López Obrador, escrito por Antonio Limón, presentado por Alberto Sladogna


El presente texto pertenece al investigador Antonio Limón, a quien no tengo el agrado de conocer. Considero que su texto es duro sobre aspectos, giros y matices respecto del estilo de practicar la política y la conducción del movimiento social por parte de Andrés Manuel López Obrador. El artículo no es parte de la guerra sucia pues no aparece ningún rastro de eso en el mismo, quizás, sólo se puede objetar que el autor insiste demasiado sobre aspectos íntimos, privados de la vida de AMLO, aspectos que no están disponibles ni para el autor ni para nadie. Pese a ello y gracias a ello conviene leerlo pues el verticalismo de solo decir la hora que él quiere no es pertinente para el movimiento y muchos menos para el movimiento que él encabeza, movimiento que sigue siendo, guste o no, una de las pocas esperanzas que se pueden recibir de la política del espectáculo y del espectáculo político. Tomemos nota que hoy en febrero hay un 59% de ciudadanos indecisos y además, una investigación sería e independiente publicada de forma parcial en el periódico La jornada del día hoy: allí se subraya que l@s jóvenes no ven o no tiene expectativa en la política de partidos y movimientos. El autor subrayó que ese alejamiento no depende del nivel de instrucción escolar, incluso a mayor nivel aumenta el alejamiento
   
Para entender a Andrés Manuel López Obrador, escrito por Antonio Limón en su blog Política, política mexicana y política a la mexicana,http://xurl.es/vxpnd

Han pasado casi 24 años desde que el mediano funcionario priista Andrés Manuel López Obrador abandonara al PRI, en 1988 fue uno mas entre miles que lo hicieron siguiendo a Cuauhtémoc Cárdenas, acto seguido, en 1989, fue el candidato a Gobernador de Tabasco del apenas recién nacido PRD, perdió las elecciones y después denunció lo que llamó, por primera ocasión en su vida política, “Fraude Electoral”,  de ese reclamo surgieron las páginas de su primer libro. Hoy es un personaje nacional, por la ferocidad de su reacción y lo intransigente de su postura personal, también por su perseverancia y su independencia, todo lo cual no corresponde al perfil de un político de formación priista. A pesar del tiempo, sigue fascinando como si fuera una autentica novedad, simplemente porque a pesar de todo es un misterio.

Andrés Manuel López Obrador, AMLO, sigue siendo un desconocido, es un personaje exótico en la anquilosada política mexicana, en particular porque los político mexicanos son todos iguales, sin importar del partido del cual provengan, e incluso sin importar el grado de estudios que tengan. En variedad política humana y conceptual, México es un gigantesco desierto helado, donde hacia cualquier punto que se mire, se ve el mismo paisaje, algo así como el blanco manto interminable de nieves eternas que impresionó a Roald Amundsen cuando conquistó el Polo Norte; La política mexicana ofrece solo paisajes yermos, glaciales, planos, monótonos, pues así son nuestros hombres y mujeres del poder: Zafios, ignorantes, amorales, astutos, sinuosos, vanidosos, convencionales, adocenados y timoratos, así que encontrar entre ellos a uno diferente, simplemente es ... asombroso.

Andrés Manuel López Obrador es distinto a la estirpe de vulgaridades humanas, que es nuestra grey política, y al ser una “rara avis” debiera ser mucho mejor conocido y mas ampliamente estudiado que el resto de la recua política nacional y sin embargo, no existen estudios sobre esta singular personalidad política, no porque se ignoren sus datos biográficos, sino porque nadie se atreve a aventurarse a enunciar los principios sobre los cuales se rige realmente y ello en parte, porque todos saben que no van a encontrar lo que quieren, esto es algo que temen tanto sus adversarios como sus seguidores mas apasionados, pues en política todos imaginamos a nuestro gusto, lo que queremos que sea nuestro candidato, aun a riesgo de que la realidad traicione nuestra fantasía.

Antes de revisar el motor que impulsa al político tabasqueño más ilustre, veamos los aspectos exteriores más significativos de su esquiva personalidad: El primero es que carece totalmente de sentido del humor, no puede por ende tomarse a sí mismo en broma, y menos ver el entorno a través del cristal de la ironía, a pesar de lo anterior es la inspiración de todos los cómicos, que lo caracterizan contantemente, precisamente por la fatal seriedad con la que se conduce, impunemente le impusieron el mote de  “El peje”, y en "El privilegio de mandar" el de “el gallito feliz”, pues los mexicanos, en venganza ante nuestra atroz realidad, todo lo tomamos en broma, hasta al mismísimo y gestudo AMLO.

Otra cualidad exterior de López Obrador, es la comodidad con la que se desenvuelve frente al micrófono, lo hace como pez en el agua, podría durar hablando sin parar no por horas, sino por días, a la manera de Fidel Castro y de Hugo Chávez, quienes practican la misma técnica y con el mismo propósito: En una perorata sin fin, agotadora, extenuante, exponen algunas pocas ideas, después contestan desde las tribuna todas las acusaciones que se vierten en su contra, reales o imaginarias, posteriormente acusan a sus adversarios y advierten de nuevos ataques, finalmente, cuando el público está cansado, adormilado, en un estado hipnótico, entonces lo seduce, le dice que hacer, como persistir, para este momento el raciocinio del escucha, si es que lo tiene, ya ha sido vencido por su buena disposición para escucharlo, pero además por el cansancio, el aburrimiento, el hambre. Al final, el público sale algo más que convencido... fanatizado!

También es un polemista dotado de grandes cualidades y de una excelente estrategia: Escoge adversarios a modo, es decir aquellos a los que sabe que va a vencer en el sinuoso campo moral, así sus preferidos han sido Diego Fernández de Cevallos, el político panista sospechoso de una conducta corrupta, pues se le acusa de haber sido el abogado invencible durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari e incluso de Ernesto Zedillo y de haber cambaido la presidencia de la república por un predio en Punt Diamante; Otro adversario a modo lo fue Vicente Fox, por su endeble comportamiento público ya que a pesar de su enorme popularidad era un idiota; También acertó al escoger a Santiago Creel Miranda quien sospechosamente reactivó a los casinos en México, otorgándoles a los criminales concesionarios, todo tipo de privilegios a una de las actividades mas corruptas del país. La estrategia de Andrés Manuel López Obrador, es colocarse en el plano de gran inquisidor moral, para fustigar a sus contrapartes desde el sacro sitial de su perfecta moralidad y al hacerlo, mostrarse como el mas digno de los políticos y crecer en la encuestas

Nadie puede negar su valentía frente a acusaciones o amenazas, esto quedó acreditado cuando enfrentó la imputación de cometer abuso de autoridad al desacatar la suspensión provisional decretada por un Juez de Distrito, pues no solo no huyó, sino que se presentó en el Reclusorio Norte en el Distrito Federal y visitó la unidad donde se concentran los jueces federales, ofreciéndose para ser detenido en el acto. Finalmente el pobre diablo de Vicente Fox terminó reculando y haciendo el ridículo. En la periferia de esta valentía, se encuentra una testarudez a prueba de todo, del sentido común y que desafía incluso a la verdad mas escueta, pues para López Obrador no existe mas verdad que la suya ¿Pero que es lo que mueve a esta personalidad tan desconcertante?

Andrés Manuel López Obrador, resuma por sus poros dos influencias centrales, una que él mismo ignora y otra que intenta ocultar a cada instante, pero que ambas son las que realmente lo conforman como el líder y mártir que está dispuesto a ser,  cualquiera de las dos cosas que ocurra primero. La primera característica de Andrés Manuel, es la cultura política católica, pues sin importar el momento en que sus padres abandonaron el catolicismo, es perfectamente obvio que ellos, al educarlo, estaban profundamente influidos por las ideas más notables de la cultura católica: Las ideas de la superioridad de la religión y la moral sobre la economía o la política, de ahí la importancia del ser humano como centro de la creación, como hijos de Dios, como hermanos en Cristo, la de que es justa la rebelión o la resistencia contra el gobierno amoral o contrario a la ley de Dios, son ideas que están notoriamente en el centro del discurso lopezobradorista, que las reproduce a diario pero sin mencionar la palabra prohibida "Dios". La otra influencia concurrente es el enorme coraje que se advierte en su actitud, que se deriva de las injusticias percibidas por él, cuando fuera un joven cristiano –no católico- en una sociedad, donde los católicos dominaban, de manera que, desde muy pronto bebió el cáliz de la injusticia sobre su comunidad de creyentes.

Entonces ocurrió su viaje a la ciudad de México donde se enfrentó por primera vez a un ambiente secular, los primeros años fueron de difícil confrontación, su acento sureño y su religiosidad exultante, despertaron burlas entre sus escépticos compañeros de la UNAM, sin que existan evidencias de esta época, pues López Obrador guarda hermético silencio sobre su vida personal, es previsible que pronto se confrontó con la mayoría intelectual universitaria de la época, la marxista leninista, con la cual no compaginó, ni compagina, e identificó a su enemigo absoluto: El PAN, el partido de los “banqueros” de la Iglesia católica, de los traidores a la patria, de los herederos de Maximiliano, del imperialismo “yanqui”, etc, etc. Por lo que la única opción para él fue el PRI. En 1976 truncó sus estudios para unirse a la campaña para el Senado del poeta tabasqueño, ex vasconcelista y perseguido Carlos Pellicer.

José López Portillo, siendo candidato en 1976, trató de atraer sobre si la imagen de un continuador de la obra civilizadora iniciada por José Vasconcelos, así que para ello convenció a Carlos Pellicer para que Tabasco y después, México lo honraran por su vida de civismo y por su enorme contribución a las letras, por su parte Pellicer quedo sorprendido por la pasión del joven Andrés Manuel López Obrador. Al año siguiente, el joven Andrés Manuel visitó al senador Pellicer y le pidió su intervención para integrarse al Instituto Nacional Indigenista (INI), lo cual hizo con mucho gusto, pero como no conocía al Director General Ignacio Ovalle Fernández, optó por pedirle al Gobernador de Tabasco, Leandro Rovirosa Wade que recomendara a su protegido con Ovalle Fernández, y de un día para el otro Andrés Manuel López Obrador, tomo un lugar de honor entre los políticos más avezados y veteranos de Tabasco – donde el INI, era la súper delegación federal- y estuvo en el INI hasta que llegó el cambio de gobierno en 1982.
En 1983, inspirado, probablemente, por su amistad con el insigne poeta Carlos Pellicer Camara y por su amor al partido que le había dado todo, Andrés Manuel López Obrador fue designado Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, y escribió el siguiente poema:

HIMNO AL PRI.

Letra del Poeta macuspano: Andrés Manuel López Obrador.

CORO
Avanzar, avanzar con el PRI/
compañeros, avanzar./
Libertad, unidad/
democracia y justicia social./
I
Somos militantes del partido,/
gotas de agua que formamos un océano,/
somos dirigentes progresistas,/
democráticos y revolucionarios,/
celosos vigilantes del partido,/
no permitiremos que socaven nuestra Patria/
extraños, inconformes y traidores,/
en momentos de crisis, ni en bonanza./

CORO
Avanzar, avanzar con el PRI/
compañeros, avanzar./
Libertad, unidad/
democracia y justicia social./
II
Un día derribaremos al tirano/
con la No Reelección, con el Sufragio,/
ese día con grandeza construiremos/
un país justo, libre y soberano./
La unidad nacional es lo primero,/
en las columnas revolucionarias,/
por eso las mujeres y los hombres/
forjamos un partido de vanguardia./

CORO
Avanzar, avanzar con el PRI/
compañeros, avanzar./
Libertad, unidad/
democracia y justicia social./

Para los políticos de Villahermosa, Andrés Manuel López Obrador era un engorro, demasiada pasión religiosa y política, además ya no estaban para ser adoctrinados por este San Pablo tricolor, así que tuvo que renunciar y salir en el primer vuelo con destino a la Ciudad de México.

Cuando nadie daba un céntimo por el futuro de Andrés Manuel como político o funcionario público, se las ingenió para entrevistarse, otra vez, con Ignacio Ovalle Fernández,  quien en 1984 era Embajador de México en Argentina, y otra vez, lo recomendó con la persona precisa, la abogada Clara Jusidman, quien al igual que Andrés Manuel López Obrador es una persona de firmes convicciones religiosas y al igual, no forma parte del credo mayoritario en el país, ella era la Directora del Instituto Nacional de Protección al Consumidor, y nuestro héroe se convirtió en el flamante Director de promoción Social, puesto en el que desarrollo su debilidad por las cámaras de televisión.

En 1988 formó parte del grupo priista que abandonó al tricolor con Cuauhtémoc Cárdenas, en 1989 contendió infructuosamente por la gubernatura en Tabasco y en 1989, escribió su primer libro –adivine ud. el título– “Tabasco, víctima de un fraude” En 1994, contendió contra Roberto Madrazo Pintado y volvió a perder, pero presentó miles de pruebas documentales del fraude electoral, que de nueva cuenta afirmó haber sufrido, de estos dos procesos electorales Andrés Manuel López Obrador aprendió que no contaba para nada con la burocracia nacional perredista, que los organismos electorales no valoraban las evidencias y que las autoridades electorales eran venales, aprendió a desconfiar y a ver como adversarios a propios y a extraños.

En 1996 fue nombrado Presidente del Comité ejecutivo Nacional del PRD, para ello dejo en el camino al líder histórico Heberto Castillo y sin remordimientos lo envío a su jubilación definitiva. Siendo el jefe nacional, Cuauhtémoc Cárdenas ganó la jefatura de gobierno y en 2000, fue el candidato del PRD a la jefatura de gobierno, la cual ganó a Santiago Creel Miranda, que quedó en un cercano segundo lugar, después de que el tabasqueño le llevara una amplia ventaja de más de 15 %.

¿Pero en suma, que mueve a Andrés Manuel López Obrador? La respuesta no es sencilla, a lo largo de estos largos años, desde 1988, ningún político mexicano ha logrado que su vida íntima permanezca en la obscuridad total, nuestra prensa en realidad es timorata y las cadenas de televisión no se han atrevido a traspasar el límite que fijan los mismos actores políticos, por lo que la firme decisión de López Obrador ha sido suficiente para que solo poco a poco emerjan datos sueltos.

Ciertamente no es un avezado tramposo, que llegó a los umbrales del poder cargando una saca para llenarla con lo que pudiera depredar, tampoco es parte de una pandilla organizada bajo la base de desvalijar a la sociedad, aunque dentro de su partido, el PRD, abundan los ladrones vulgares. Por el otro extremo, tampoco tiene una clara idea de los cambios que se propone realizar, ni que tampoco sabe quienes son sus aliados, no pertenece a ninguna élite tecnocrática, ni lo apoya una fuerte burocracia fabiana, en el orden intelectual se impresiona fácilmente con cualquiera de las muchas medianías criollas que tenemos, lo que demuestra los defectos de una formación poco exigente. AMLO ve a toda la clase política como sus contrincantes, desconfía de todos, únicamente se deja guiar por su intuición ética y por la idea de que el pueblo (de Dios) es bueno, limpio, puro y solo la salvación puede venir de él: "Sólo el pueblo puede salvar al pueblo", pero quienes lo rodean son seleccionados únicamente por su entrega al líder sureño, en premio pueden tomar lo que puedan del botín, en esa perspectiva de férrea lealtad no  existen ni dobleces, ni dudas, pues al camarada se le exige la misma fidelidad, que al miliciano que sabe que va a su muerte, pero que no puede ni debe hacer sino lo que se le ordena.

Así que no es el orden ideológico, ni tecnocrático lo importante, no es tampoco una alianza sostenida con ningún grupo en particular, pues al contrario, sabe perfectamente que los ideólogos no cuentan, que los tecnócratas son esbirros alquilables al precio de unas cuantas monedas y que los grupos formados por intereses, son tan inestables que al primer riesgo se desvanecen, sabe que los supuestos leales por conveniencia, abandonan el barco como ratas asustadas a la primer tempestad. También sabe lo que quieren las masas y aún los líderes más ilustrados, quieren “caudillos”, una especie de súper poderosos líderes a los que nadie se pueda resistir y sabe que para serlo, es necesario, precisamente, resistir, batallar sin dar cuartel, sin aceptar nada que no sea la victoria, pues es lo único que satisface a todos, el valor mayor y del que se deriva todo lo demás.

A diferencia de la  totalidad de los restantes políticos mexicanos, sostenidos entre si por la avaricia o por la vanidad, Andrés Manuel López Obrador se sostiene a si mismo por sus profundas creencias, religiosas, una peculiar religiosidad, fruto de una raíz católica injertada con una protestante, evangelista, pero claro que en un país como el nuestro, sabe que todo se vale conservando las apariencias precisas, como eludir el tema religioso cuando este es planteado de manera directa, no mencionar nunca el nombre de "Dios", pero que puede utilizar todas las formas de la cultura política católica y su discurso, a sabiendas de que nadie más lo utiliza. López Obrador invirtió el triángulo discursivo tradicional y que aun practican el PRI y el PAN, colocando en la parte inferior o secundaria los temas en su aspecto técnico, los que son francamente propios de los economistas, abogados y sociólogos, para colocar en la punta superior, en la sobresaliente, en la mas importante, los temas éticos religiosos: El amor al prójimo, al pueblo, a su libro sacramentado: la Constitución Política, a su "Señor" Benito Juárez, la lealtad a la patria, la honestidad, y se da el lujo de portar orgulloso en su pecho esa Cruz sagrada bajo la irónica forma del Águila Juarista.

Parece un ironía que precisamente prospere en el PRD, donde menos aliados debe encontrar por sus convicciones religiosas, pero es en este ambiente donde dominan los políticos abiertamente agnósticos o ateos, que ignoran o simulan ignorar todo ese bagaje religioso que lo alimenta y lo sostiene y que no puede pasar desapercibido para nadie, esta cualidad, en cualquier otro partido, atraería a partidarios religiosos y adversarios del mismo tipo, pero en el PRD a nadie le importa un comino lo que piense o deje de pensar, lo único que les interesa, es su afán de tomar el poder al precio que sea y retenerlo por cualquier medio hasta donde sea posible y sacarle lo que se pueda.

Sin duda Andrés Manuel López Obrador es el único candidato a la presidencia en 2012 que habla con el lenguaje religioso -aunque oculta celosamente si todavía es un creyente- y esto  no es una limitante, sino al contrario, una gran ventaja, pues en México donde la grosería preside la vida política, no se sabe reconocer, ni combatir a un hombre que habla con un lenguaje que a los creyentes, en un pueblo de creyentes, les resulta familiar; En tanto que sus adversarios hablan como si en lugar de una elección, estuvieran ante una convención de economistas.
Por Antonio Limón López