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Orquestados: JIFE avala narcoguerra de EU en México. (Lilia Arellano)

 
Orquestados: JIFE avala narcoguerra de EU en  México
El Reporte 2011 de la JIFE, presentado en Viena, Austria, por Ghodse, va enfocado a una sola valoración “la legalización de drogas para luchar contra el narcotráfico no es una opción, ya que sólo serviría para agravar el problema”.



El Reporte 2011 de la JIFE, presentado en Viena, Austria, por Ghodse, va enfocado a una sola valoración “la legalización de drogas para luchar contra el narcotráfico no es una opción, ya que sólo serviría para agravar el problema”. Todos los informes, estadísticas, opiniones y consideraciones del anglo-iraní fueron enfocados en primera instancia a descalificar la propuesta del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, de considerar la despenalización de la producción, transporte y comercio de drogas para combatir el narcotráfico.
Pero las baterías estaban enfocadas en un objetivo de más largo alcance: la propuesta de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, presentada hace un año en Ginebra, Suiza, por los ex presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, presidente de dicha comisión; de Colombia, César Gaviria; y de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, y que también respaldan figuras como la suiza Ruth Dreyfuss, el ex presidente de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, el escritor Carlos Fuentes y el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, así como Richard Branson, fundador del Grupo empresarial Virgin.
Como en este mismo espacio se los dimos a conocer hace poco más de doce meses, los integrantes de esa comisión sostuvieron que tras varias décadas de una política antidrogas impulsada por los Estados Unidos y basada en la represión “es evidente que ésta ha fallado” y que “tanto el consumo como la producción van en aumento”. Estas destacadas personalidades propusieron soluciones fundamentadas y basadas en evidencias científicas para buscar reducir el riesgo para los consumidores de drogas y las sociedades afectadas por la inseguridad y la desestabilización generadas por el narcotráfico, y propusieron e impulsaron un “cambio de mentalidad” frente a la equivocada y rígida posición que mantiene Estados Unidos.
Las conclusiones de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas se concentraron en la frase de que “América Latina está cansada de prohibiciones que no han funcionado” y que le han hecho pagar “un precio muy alto”, lo mismo en México que en Colombia, Centroamérica y Sudamérica.
Ahora, el doctor Ghodse viene a presentarnos un reporte que no nos dice nada nuevo pues sólo confirma que ante el embate del gobierno federal mexicano, mal diseñado, mal planificado y peor aplicado, las organizaciones de narcotraficantes han recurrido a niveles de violencia sin precedente, la cual “no ha cesado”. El Informe 2011 de la JIFE nos viene con el cuento de que México, Estados Unidos y Canadá son el principal mercado de drogas en el mundo y que registran “niveles elevados” de producción, fabricación y consumo de drogas ilícitas, cuando los reportes de otras organizaciones, incluida la propia ONU; No Gubernamentales y los propios informes oficiales en el Congreso de Estados Unidos precisan que el mercado importante de las drogas está en territorio estadounidense en donde representa un negocio descomunal, por lo que se intenta sólo “embarrar” a mexicanos y canadienses en esta podredumbre estadounidense.
En este punto vale la pena señalar que la propia ONU estima que el consumo de una sola droga por parte de los adictos estadounidenses, la cocaína, se eleva a 160 toneladas anualmente, “polvo” que por supuesto procede de Colombia en su mayor parte y donde más injerencia han tenido las agencias de inteligencia y el Ejército de Estados Unidos en los últimos años. Dicha droga pasa por Centroamérica, región en donde ya hay “tres de los países más violentos del mundo”, y el Caribe hacia los EU, dejando una estela de destrucción y muerte, estimada en 45 mil personas anualmente.
Este reporte también está enfocado a justificar la intervención e injerencia estadounidense en los países afectados, particularmente Colombia, Centroamérica y México, cuya administración federal encabezada por Felipe Calderón destinó a este rubro un presupuesto de unos 10 mil 700 millones dólares para el ejercicio económico 2012. Entre las precisiones que hace la JIFE sobresale que en el escenario de guerra en nuestro país, que ha dejado más de 60 mil muertos y más de 10 mil desaparecidos, entre los que se incluyen no sólo criminales, presuntos criminales, sino oficiales y civiles, la incautación de cocaína en México prácticamente se desplomó entre 2007 y 2010, la cifra pasó de 48 toneladas en 2007 a 9.4 toneladas en 2010, una cantidad pequeña si se toma en cuenta las 160 toneladas que les llegan sin problemas a los adictos estadounidenses cada año.
A eso hay que agregar que los cultivos de mariguana a gran escala se incrementaron y que las incautaciones pasaron de 2,109 toneladas en 2009 a 2,248 toneladas en 2010. Además, México se convirtió en importante fabricante de psicotrópicos, de planta de opio y que la fabricación potencial de heroína en el país asciende al 9 por ciento del total mundial y se encuentra entre los tres principales productores, junto a Afganistán y Colombia, países ocupado y con gran injerencia de EU, respectivamente. Esos son los resultados después de más de cinco años de aplicarse la Iniciativa Mérida o Plan México.
También destaca el hecho irrefutable de que el aparato estatal calderonista, incluida la policía federal, y los estatales, el sistema de justicia penal y hasta los medios de información han sido socavados por las bandas de traficantes. Otro dato que vale la pena comentar es que el gobierno mexicano ha desmantelado 21 laboratorios en 2008 y 191 en 2009, pero el 40 por ciento de los laboratorios que producen metanfetaminas están instalados en territorio estadounidense y esos, hasta donde se sabe, no han sido tocados y siguen produciendo. Y aún así y con toda desfachatez, la secretaria de Estado de  EU, doña Hillary Clinton, le dice a su Congreso que debe estar “muy orgulloso” del trabajo de Estados Unidos en México y Colombia en los últimos años. Cabe destacar que la petición presupuestal para México en el año fiscal 2012 asciende a 234 millones de dólares en el combate al narcotráfico y a siete millones de ayuda militar, comparada con los 248.5 millones de dólares en el año fiscal 2012. Como sea, es una buena noticia para México pues hay una fúnebre correlación entre la cantidad de dinero que destinan los congresistas estadounidenses en este rubro hacia nuestro país anualmente y el número de muertos que se registra en ese mismo periodo en territorio mexicano.
Lilia Arellano - Opinión EMET