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Napolitano ordena a Poiré y Meade. (Lilia Arellano)


Napolitano ordena a Poiré y  Meade
Al igual que lo hizo hace unos días Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, ahora fue la secretaria de Seguridad Interna de ese país, Janet Napolitano, la que vino a amenazar, dar ordenes a la administración federal


Al igual que lo hizo hace unos días Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, ahora fue la secretaria de Seguridad Interna de ese país, Janet Napolitano, la que vino a amenazar, dar ordenes a la administración federal de Calderón, a fijar prioridades al gobierno mexicano, a establecer estrategias de corto, mediano y largo plazo y, en una palabra, a fijar la agenda nacional precisamente ante el presuntamente encargado de dirigir la política interna mexicana, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, todo lo anterior  de acuerdo a los intereses de seguridad nacional de los estadounidenses. La poderosa funcionaria de la administración de Barack Obama advirtió ante los micrófonos de los medios de comunicación mexicanos que el destino de Joaquín “el chapo” Guzmán será similar al del ex líder del grupo terrorista Al-Qaeda y ex socio del gobierno estadounidense, Osama Bin Laden, quien fue ejecutado por un comando de élite del ejército norteamericano y, de acuerdo a las versiones oficiales, su cuerpo arrojado al mar para evitar cualquier investigación posterior.

Napolitano también vino a fijarle su agenda al secretario de Hacienda y Crédito Público mexicano, José Antonio Meade, con quien firmó una “declaración de principios” donde se establecen metas estratégicas de “cooperación y asistencia mutua” para el combate al contrabando, el fraude comercial y el terrorismo. A través de dicho documento, los gobiernos estadounidense y mexicano acordaron fortalecer la cooperación aduanera mediante el intercambio de información entre el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y las autoridades del vecino del norte. Aunque aquí cabe la pregunta: ¿a qué contrabando y a qué fraudes se refieren pues no hay que olvidar que en los últimos años nuestro país se convirtió en el campeón de los acuerdos comerciales de libre comercio, no sólo con los Estados Unidos sino con la Unión Europea y los países más importantes de América Latina, sin dejar de mencionar a las naciones asiáticas?
Y también, ¿a cuál terrorismo? Porque hasta donde se sabe los espías de las agencias de inteligencia que operan libremente en nuestro país no han sido capaces de localizar a un sólo grupo terrorista que amenace su seguridad nacional por lo que sus actividades a lo largo y ancho del país tienen que ver con otros objetivos estratégicos, militares, políticos y comerciales que nada tienen que ver con lo que dicen que están analizando y combatiendo? Y hablando de la guerra al narcotráfico, del combate frontal a los cárteles de la droga, o al menos contra algunos, hay evidencias de sobra de que se trata de una campaña militar no para acabar por la producción, tráfico y comercialización de estupefacientes, sino para asegurar su control y garantizar que las ganancias se queden en el sistema financiero estadounidense, ya que éstas, las derivadas de la comercialización de drogas, se han vuelto un verdadero pilar de la economía de ese país. Así, no es de extrañar que todas las drogas que recibe su amplia población consumidora, más de 30 millones, les llegue bien, a tiempo, en forma y a buen precio, a pesar de que la legalización como tal no alcanza a la mayor parte del territorio estadounidense, sino sólo a una mínima parte y a un cierto tipo de droga.
Y por si lo anterior fuera poco, los calderonistas firmaron con el gobierno de Obama un plan piloto en materia de repatriación de mexicanos que se encuentran en la Unión Americana sin documentos, según lo dio a conocer el propio Poiré. Así, queda de manifiesto otra vez que la administración calderonista está totalmente al servicio de lo que le indique, le instruya, le ordene el gobierno de Barack Obama, a pesar de que en este rubro, el cumplimiento puntual de dichas instrucciones incida directamente en un importante aumento del desempleo en México y tenga como consecuencia directa engrosar aún más las filas de la delincuencia a lo largo y ancho del país. ¿Usted se imagina que van a hacer nuestro connacionales cuando los trasladen de las cárceles estadounidenses a sus lugares de origen en Zacatecas, en Durango, en Guanajuato, en Oaxaca, en Puebla, en Michoacán, en Chiapas, o en cualquier pueblo del territorio mexicano, cuando han tenido un largo proceso de entrenamiento para escabullirse de las autoridades y de prosperar al margen de la ley? ¿A dónde cree caro lector que se irán a “trabajar” y con qué grupos? No hay que pasar por alto que todas estas acciones tienen como causa la política antimigrante de los Estados Unidos, a la que obedece ciegamente la gestión de Calderón, quien ahora ésta dispuesta a trasladar a los connacionales hasta sus lugares de origen para que no se queden en la frontera e insistan en regresar a tierra estadounidense. Una vez más Felipe le hace el trabajo sucio a Obama.
Lilia Arellano - Opinión EMET