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La cordillera del narco. (Lilia Arellano)

 
La cordillera del  narco
La gran idea de Calderón: "vamos a construir más cárceles"



Incluso hay cifras que deben observarse con atención. En Perú, de la prisión de Challapalca, 17 presos lograron fugarse y hasta la tarde de ayer, según informes del Ministerio de Justicia de ese país, seguían siendo solamente seis los capturados. La operación tuvo lugar en una zona fronteriza con Bolivia. En México, fueron 44 los reos que fallecieron, también en una zona casi fronteriza e igualmente hubo fuga, sólo que mucho mayor al registrarse un total de 30 que lograron escapar en medio de una trifulca.
En ambos países este registro señala que lograron escaparse delincuentes de alta peligrosidad, ligados con el narcotráfico pero, además, son criminales y secuestradores. No se necesita ser adivino y ni siquiera un gran analista para señalar que existe una gran corrupción que ya no se sabe si fue México el contaminante o llegó del Sur este fenómeno maligno que se ha incrustado en todas las redes gubernamentales. Porque para que la droga pueda trasladarse desde otros puntos de América, de la parte baja del Continente hasta los Estados Unidos, el recorrido ya sea por aire, tierra o mar es lo suficientemente largo como para involucrar a los cuerpos policiacos de una decena de países.
Ni qué decir de que en todas las cárceles de la zona se registran sobrepoblaciones. Se trata de naciones que no estaban preparadas para tanta y tanta delincuencia y que tampoco al parecer se dieron cuenta de lo acelerado de la degradación de sus gobiernos y de las ambiciones de sus gobernantes. Por si fuera poco, aquí en nuestro país la cadena la están formando armando trifulcas en otros penales. La mañana de ayer tuvo lugar otra más en Durango, en el Cefereso de Guadalupe Victoria, mismo que se localiza a 90 kilómetros al norte de la capital estatal.
Un punto y aparte merece el caso registrado en Tegucigalpa, Honduras, en donde fueron 359 los presos que murieron calcinados dentro del penal. Las autoridades de ese país están orquestadas señalando que se trató de un accidente, de fuego provocado por un incendio causado porque un reo, tal vez, estaba fumando un cigarro, se le prendió el colchón, no se dieron cuenta y las flamas se expandieron. A diferencia de lo sucedido tanto en Perú como en México, no hubo un solo guardia que se diera a la tarea de abrir las puertas, ni las internas, ni las externas, ninguna.
Los sucesos pues son extraños, sobre todo si a versiones como la hondureña se suman los expertos del buró de Bebidas Alcohólicas, Armas de Fuego y Tabaco de los Estados Unidos, quienes dicen que siguen investigando el caso pero más bien avalando las declaraciones tanto del Ministro de Seguridad de ese país, Pompeyo Bonilla, como del fiscal general hondureño, Luis Alberto Rubí. Ese tal vez sea, para los vecinos del Norte, el remedio para eliminar el hacinamiento carcelario. Ese tal vez sea la receta para deshacerse de quienes no son los directamente protegidos por unos y otros en las actividades del narcotráfico. Esta es tal vez una forma en la que ya veremos desaparecer, fugarse de las cárceles, a quienes conviene tenerlos en la calle y trabajando.
Porque habrá que ser muy puntuales y dejar establecido que pese a que nos llenan de cifras, de números, de kilos, de miles de millones de dólares que supuestamente golpean al hampa, no ha disminuido ni en un gramo el consumo de todo tipo de drogas e incluso y tal como lo habíamos escrito aquí desde hace ya mucho tiempo, las autoridades mexicanas, la Marisela Morales,ç entre ellas, ha tenido que aceptar que las sintéticas le están ganando terreno a las tradicionales y que para los traficantes es mucho más cómodo y hasta económico el montaje de laboratorios que seguir trabajando los campos.
Tampoco se han golpeado sus inversiones. Así como se ha dado a conocer que Joaquín “el chapo” Guzmán Loera cuenta con una fortuna considerable tendría que conocerse de empresas que están ligadas al blanqueo del dinero tanto en México como en Estados Unidos, en Perú, en Honduras, en Guatemala, en Colombia y nada de eso ha salido a la luz pública y sí en cambio nos enteramos de que les son devueltos a muchos de los que están siendo juzgados aún sus propiedades, sus cuentas bancarias, su patrimonio.
Para Felipe Calderón el asunto es menor: “vamos a construir más cárceles”, dijo tras reconocer que el sistema penitenciario está en crisis y de ello habrá que señalar que ya estaba en crisis cuando asumió Vicente Fox el mandato y las cosas se pusieron peor pues es justo en su sexenio cuando “el chapo” logra fugarse, así que a la llegada del michoacano ya se ve que no se hizo ningún caso a un problema tan grave y tan grande como éste, sobre todo cuando se piensa o se proyecta o se cree, o se anuncia que habrá enfrentamientos con mafias. ¿Desde entonces no pensaron en que la capacidad carcelaria estaba saturada y que si la mentada “guerra” iba en serio les llevaría a ingresar a un número mayor de delincuentes? O ¿ya desde entonces sabían que tales planes no tendrían ningún efecto y sólo se han dedicado a atrapar lo que llaman “burreros” para taparle el ojo al macho?
Lilia Arellano - Opinión EMET