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Apenas en 2005, la pensión promedio por trabajador de la empresa eléctrica era de 14 mil 800 pesos, lo que significa que en un lustro aumentó 60.8 por ciento, según los datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Si de jubilaciones se trata, no hay nada como trabajar en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Apenas en 2005, la pensión promedio por trabajador de la empresa eléctrica era de 14 mil 800 pesos, lo que significa que en un lustro aumentó 60.8 por ciento, según los datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En contraste, un trabajador pensionado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recibe en promedio cada mes 2 mil 300 pesos.
Además, el incremento promedio de las percepciones para los jubilados del sector privado fue apenas de 31.2 por ciento, prácticamente la mitad del crecimiento en los pagos de CFE.
En su revisión de la Cuenta Pública de 2010, la ASF realizó auditorías a los sistemas de pensiones de algunas dependencias, de las que se desprende que los recursos que destina la Comisión Federal de Electricidad para pensiones suman 4 mil 417 millones de pesos.
Esta cifra es, por ejemplo, mil 307 millones más que lo destinado por Pemex para el mismo rubro.
En 2010, la CFE tenía 33 mil 828 pensionados, los cuales se han incrementando a un ritmo de 6.8 por ciento anual, mientras que la plantilla de trabajadores activos aumenta sólo a 3.4 por ciento anual.
La ASF establece que por cada 10 trabajadores en activo, la paraestatal ya tiene 6 jubilados.
Su pasivo laboral estimado para 2014 será de 404 mil 392 millones de pesos, según el organismo, por lo que se calcula que la empresa eléctrica deberá registrar una reserva actuarial por 261 mil 217 millones de pesos en respaldo de las obligaciones por prima de antigüedad, compensaciones e indemnizaciones, pensiones y bonos.
Los ingresos por venta de energía registrados por la Comisión en 2010 fueron de 254 mil millones de pesos por lo que su pasivo laboral equivale a una cantidad superior a sus ingresos totales de un año.
Al respecto, Rubén Camarillo, secretario de la Comisión de Energía del Senado, aseguró que el riesgo es que las paraestatales no cuenten realmente con recursos para fondear sus pasivos.
"Una de las diferencias entre CFE y Pemex es que la Comisión cobra por los servicios que otorga, por lo cual posiblemente tiene su fondo de jubilaciones mejor conformado. Pemex no cobra y, al contrario, debe pagar por la explotación de hidrocarburos", refiriéndose Camarillo a los subsidios que se otorgan.
Redacción EMET