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Algunas otras organizaciones, como la U.S. National Aeronautics and Space Administration, también habian estudiado el desarrollo de estos ascensores.
Para la realización de este proyecto, la empresa utilizará nanotubos de carbono para producir los cables de este ascensor espacil, ya que este material ofrece mejores características que el tradicional acero.
La idea de estos ascensores espaciales, se ha descrito en varias ocasiones en diferentes novelas de ciencia ficción. Por ejemplo, Arthur C. Clarke ya introdujo esta idea en su novela La fuentes del paraíso en 1978. Charles Sheffield también lo menciona en la novela La telaraña entre los mundos. La compañía Obayashi opina que es posible llevar a la práctica esta idea, gracias a los nanotubos de carbono.
Algunas otras organizaciones, como la U.S. National Aeronautics and Space Administration, también habian estudiado el desarrollo de estos ascensores.
El proyecto de Obayashi describe un cable que se alza hasta una altura de 96.000 kilómetros. Aproximadamente, la cuarta parte de distancia entre la Tierra y la Luna. Un extremo del cable permanece anclado en el suelo, mientras que el otro está equipado con un contrapeso.
La estación terminal albergará laboratorios y una residencia. El diseño de este ascensor permite transportar hasta 30 personas a una velocidad de 200 kilómetros por hora, lo que supone un viaje de siete u ocho días hasta llegar a la estación. Inicialmente está previsto que el ascensor se impulse mediante motores lineales magnéticos.
Para el abastecimiento de energía, se instalarán diferentes paneles solares en la estación.
Según un empleado de esta compañía:
En este momento, no podemos estimar el costo del proyecto. Sin embargo, vamos a tratar de hacer un progreso constante de modo que no se quede en un sueño.
Sergio Parra
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