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A seis años de la tragedia de la mina Pasta de Conchos en Coahuila, Cristina Auerbach, investigadora de Pastoral Laboral, señaló que es indignante el registro de otros 60 mineros muertos sin que nadie sea responsable
"Yo ayer que escuchaba a las familias, aunque estamos viviendo en la carbonífera, aunque las vemos todos loas días, este memorial de algún modo condensa el sufrimiento de tantos años, de tantos años en la región carbonífera sin que a las autoridades parezca importarles", manifestó Cristina Auerbach.
"Pareciera que otorgar pensiones de tres mil 200 pesos, indemnizaciones en el caso de Pasta de Conchos de un millón, y en otros casos son indemnizaciones, fuera suficiente para las autoridades, como si con eso se comprara la vida de los mineros, como si estuvieran en venta la vida de los mineros".
Asimismo, destacó que a pesar de las solicitudes para un encuentro tanto con el presidente Felipe Calderón, como Minera México, las familias no han sido recibidas.
"Es verdaderamente indignante el que no sean ni siquiera capaces de sentarse a hablar con ellos, no hay respuesta".
Por otra parte, señaló que la esperanza de recuperar los cuerpos de los mineros fallecidos no está depositada ni en las autoridades federales, "ni en priistas, ni en panistas, ambos han mostrado que no tienen ninguna voluntad, la esperanza está en la Comisión Interamericana en que ya le dé admisibilidad al caso.
"Hemos respondido a todo lo que se nos ha pedido, el gobierno ha respondido fuera de tiempo, fuera de forma a preguntas que no se le hacen", puntualizó.
Para Cristina Auerbach, lo que empezó en la bocamina de Pasta de Conchos ahora es un movimiento en la región carbonífera, el cual mientras las autoridades no respondan a las familias, irá creciendo en solidaridad, conciencia, legitimidad y moral para seguir adelante.
Además de que el movimiento seguirá buscando medidas preventivas en el resto de la región carbonífera para evitar más accidentes para los trabajadores.
"No hacemos otra cosa que eso, de hecho nos fuimos a vivir allá por eso, revisamos cada acta de inspección, denunciamos cada pozo, recuperamos niños de las minas de carbón, ofrecemos talleres de capacitación, es decir, lo que queremos es que no mueran, nadie quiere que mueran estos mineros.
"Es una infamia decir que son accidentes y que suceden porque las minas son peligrosas, si, las minas son peligrosas pero son mortales cuando no hay medidas de seguridad", continuó.
Finalmente, la investigadora de Pastoral Laboral dijo que en la impunidad y negligencia en la carbonífera hay que poner atención.
"Nos pueden decir es que son 120 muertos y en la guerra de Calderón son 50 mil, pero si en este caso donde sabemos quienes son los responsables, en donde están, por qué murieron, no se hace nada, no podemos esperar que en éste país, este gobierno haga algo por sus ciudadanos", concluyó.
Redacción EMET