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Durante las mesas sobre seguridad alimentaria del Congreso Ciencia y Humanismo, organizado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), advirtió: “Ya viene el hambre, ya viene la sequía. De hecho aquí están y la sociedad no podrá seguir ignorando cómo el Estado y los productores están manejando esta situación. Se requiere de un cambio político; es indispensable y va a ocurrir, no tengo la menor duda. El derecho a la alimentación es tan importante como la salud o la educación”.
Sostuvo que aun sin considerar el problema del cambio climático, esa carrera México la está perdiendo, pues la producción de alimentos es deficitaria y con tendencia a agravarse. “Si no hacemos algo éste será uno de los mayores problemas y el país será un Estado fallido. Estas carencias se manifestarán con violencia; habrá quienes para darle de comer a sus hijos tengan que robar o hasta matar.”
Aun cuando México se caracterizó por ser productor de granos, actualmente depende de otras naciones para su consumo. Uno de cada tres kilos de maíz que se consumen en el país es importado y para el año 2025 se estima que esta cifra llegue a 50 por ciento. “Esa situación será insostenible.”
Hoy día, dijo, importamos 31 por ciento del maíz que ocupamos, 8 por ciento del frijol, 42 de trigo y 67 por ciento de arroz, principales granos de la dieta del mexicano. Además, de las 59 razas existentes del maíz en el país sólo se consumen 10. “Mejorarlas sería importante para la seguridad alimentaria y es responsabilidad del Estado y de los productores.”
México cuenta con 31 millones de hectáreas de tierra para la siembra, de las cuales 9 millones están en el sureste. Para el investigador es precisamente en las tierras cultivables del sur donde se debe apostar para enfrentar el desafío de la crisis alimentaria.
Con información de Emir Alonso
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