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Fuente Ovejuna
Salvador Cosío Gaona
La estela de pus, de sangre y fuego o “Estela FECAL”, como debería llamarse por ser distintiva de un sexenio podrido y hediondo a muerte, fue inaugurada por Felipe Calderón, con retraso de 16 meses, entre escándalos de sobreprecio, derroche de más de mil millones de pesos, incumplimiento de normas ecológicas, denuncias por adquisiciones fraudulentas, opacidad y corrupción.
Vergonzosa ofensa representa para los mexicanos que éste insensible régimen ha hundido en la miseria el desbordado precio del inservible armatoste que según especialistas no debió costar más de 450 millones y que por día gasta por lo menos 4 mil pesos en energía eléctrica; el equivalente a mantener encendidos 2 mil focos, 8 mil refrigeradores o 60 mil televisores.
Repugnante que existan en el México del siglo XXI miles de poblaciones rurales que no cuentan con alumbrado público, mientras el deleznable criterio de política pública del gobierno federal se empecina por el “relumbrón” y dilapidación del dinero del pueblo en estúpidas ocurrencias que provocan irritación y repudio popular.
Estela sombría de retroceso y desesperanza que confirma el desprecio del gobierno por la gente, el valemadrísmo de las incompetentes autoridades, el desdoro que exhiben y cinismo con que anuncian sus desfachatadas obras, cuando deberían privilegiar el desarrollo armónico y equilibrado del país, para no figurar entre las naciones que crecieron en pobreza, marginación y corrupción.
De qué sirven los pomposos anuncios de los más de 144 mil millones de pesos en reservas internacionales, cuando más de la mitad del país vive en pobreza y un cuarto de población en pobreza extrema; de qué sirve “una economía blindada”, si los precios de productos básicos siguen en aumento, el desempleo a la alza y “la cuesta de enero, febrero, marzo…” afectando a más de las mitad de los 46 millones que según el INEGI representan la población ocupada.
La sociedad está harta de “espejitos”, “lucecitas” y distractores que buscan evadir la realidad y vendernos la idea de un país que no existe más que en el retorcido imaginario de los inútiles gobernantes que han saqueado al país, empinándolo al desastre económico y social que padecemos.
¿Para qué sirve la Estela de Luz?, para nada; no tiene ninguna utilidad, no representa a nadie; es símbolo de corrupción, de porquería iluminada, de mentiras, engaños, desfalcos y atracos; pero está a la vista para que no olvidemos que al gobierno panista de Felipe Calderón poco le importó no haber resuelto los problemas de millones que sobreviven sin techo, sin cobijo ni alimento, pero sí privilegió erguir como su obra más significativa, el monumento a la corrupción e impunidad que representa la “Estela FECAL.”
Como país, seguimos en la lona, entre estelas de muerte, sangre y fuego; pendejetes que llaman hediondos a sus congéneres, pseudo empresarios que denigran y maltratan a quienes ven por debajo de ellos y gobiernos indolentes que no escuchan el hartazgo del pueblo; basta de impunidad y atropellos, México no quiere monumentos a la estupidez, exige gobiernos con sensatez.
salvador.cosio@hotmail.com
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