Elba Esther, detrás de la marcha magisterial (Lilia Arellano)

 

Sin embargo puede verse detrás de esta marcha o bien las presiones de doña Elba Esther Gordillo subiéndose a los reclamos de otras organizaciones que incluso son disidentes de la suya para mostrar músculo

De nueva cuenta la capital de la República se vio envuelta en un caos. La marcha de los maestros, calculada con la participación de 35 mil mentores fue la causa, aunque, paradójicamente en esta fecha no se escucharon los reclamos, los bocinazos con recordatorios familiares, ni fuertes inconformidades de los automovilistas o de los propios comerciantes. Lo que de ellos se diga, vendrá, a no duda, debidamente dirigido. Esta actitud habla, refleja, que la sociedad está empezando a comprender el hartazgo de muchos grupos y que entiende, también, sus demandas porque igual sufre por los bajos salarios, por la falta de atención médica, por la pérdida del poder adquisitivo.

Sin duda esto significa un gran avance dentro de una sociedad que parecía dispuesta a seguir tolerándolo casi todo. Sin embargo y lo que es menester analizar es el tiempo en el que tales inconformidades se están generando y lo que detrás de ellas existe. En el caso del magisterio se sabe que menos de 5 mil de estos maestros pertenecen a la CNTE, el resto, obviamente son del SNTE y unos cuantos de los que laboran en las escuelas del DF. A este número habrá que agregar el procedente de Oaxaca. O sea que hay, a no dudar, otra vez una manipulación abierta y descarada. De ninguna manera puede decirse que la lucha de toda, toda la clase trabajadora es cuestionable, hoy, menos que nunca pueden ofrecerse argumentos que demuestren que no tienen la razón en cada uno de los renglones y de los beneficios que reclaman ya que tienen un punto común: justicia.

Sin embargo puede verse detrás de esta marcha o bien las presiones de doña Elba Esther Gordillo subiéndose a los reclamos de otras organizaciones que incluso son disidentes de la suya para mostrar músculo, para advertir que puede haber desquiciamientos mayores, muy grandes y que puede hacerlos en todo el país si las cosas no resultan como ella lo ha decidido y si, como considera, se sigue emprendiendo una guerra sucia por parte de los panistas en su contra y que encuentra como base la limpia que están haciendo de todos sus seguidores y allegados dentro de las filas del ISSTE, como si no existiesen suficientes demandas en contra de cada uno de los personajes que ella ha enviado a ese instituto que los presentan, como mínimo, como abusivos, cuando no hasta ligados al narco.

Es necesario que los obreros, que los empleados, que los afiliados a los sindicatos dejen de prestarse a manipulaciones ya que los hacen marchar, los exponen a las agresiones de las policías represoras, los llevan y los traen de un lugar a otro con falsas promesas y esto incluye a quienes se supone deberían gozar de mayor preparación y con ello ser menos presas de los engaños: los maestros, ya que al final de tales actos los únicos que resultan beneficiados, sobre todo en estos tiempos electorales son nada más y nada menos que los de siempre, los corruptos líderes a quienes les entregan curules, cargos en los gobiernos estatales, dinero, canongías, posiciones para sus amigos, sus compadres, sus parientes, sus hijos, etcétera. Basta con revisar el pasado familiar de cada legislador o funcionarios de mediano nivel para arriba para darnos cuenta del tamaño de los tentáculos de tales sujetos.

Así pues lo mejor sería que las luchas se dieran analizando cual es el país que podemos formar partiendo de esta República partida que nos están entregando. Hacia donde nos están mostrando un cambio real. Votando y dejando con un palmo de narices a toda la bola de manipuladores ya que todos, sin excepción de profesión, de oficio, de religión, sabemos quienes son y cuales son sus etiquetas y las intenciones de siempre manifestadas. ¿O no todavía no llegamos al hartazgo de las mentiras?

Lilia Arellano - Opinión EMET