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Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional, indicó que con la decisión del gobierno federal entramos en un modelo que favorece la educación privada, cuando lo que tendríamos que hacer es reforzar la pública.
Tras el anuncio de la puesta en marcha del Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior (PNFE), con el que se busca destinar 2 mil 500 millones de pesos para créditos educativos en instituciones particulares, afirmaron que se trata de una estrategia orientada a privatizar la formación universitaria en beneficio de los grupos bancarios y crediticios.
Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional, indicó que con la decisión del gobierno federal “entramos en un modelo que favorece la educación privada, cuando lo que tendríamos que hacer es reforzar la pública”.
Además, sin la garantía de que un estudiante tendrá empleo al concluir su formación, es un “riesgo aceptar un crédito. Deben tener una buena formación financiera para medir las consecuencias y decidir sensatamente si les conviene”.
Desafortunadamente, agregó, no se han adoptado medidas para incrementar la matrícula y se argumenta que si hay lugares en las universidades privadas, “los estudiantes tomen los créditos para entrar. Me parece que no es la mejor opción, porque lo más fácil es obtener el crédito, pero el problema es que los estudiantes pasan mucho tiempo comprometidos para pagar esos préstamos, porque las escuelas privadas demandan cantidades fuertes”.
Fernando Bilbao, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), aseguró que se trata de una estrategia del gobierno federal para “dar una alternativa al problema de la cobertura, pero al final se fortalece la privatización de la educación”.
Es “incomprensible” que se otorguen apoyos a las universidades privadas cuando las públicas enfrentan déficit financieros que, como en el caso de la UAEM, con una inversión adicional de sólo 200 millones de pesos “podríamos salir adelante, pero esos recursos no nos llegan y seguimos sin poder alcanzar las metas de crecimiento”.
Consideró que también es injustificable que cuando los modelos de crédito han fallado en otras regiones de América Latina, como en Chile y Colombia, donde los propios rectores exigen otras alternativas, “aquí se apoye la entrega de créditos académicos, pues uno por ciento de las universidades privadas tienen ciento por ciento de sus programas académicos reconocidos por su calidad, en contraste con el esfuerzo que realizan las públicas”.
René Asomoza Palacios, director general del Centro de Investigacion y de Estudios Avanzados del IPN, consideró que cualquier esfuerzo en favor de la educación es positivo, pero “falta hacer muchas cosas en las instituciones públicas, como destinar más recursos a la investigación y creación de plazas para nuestros egresados de doctorado”.
Con información de Laura Solano
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