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*Vi la preocupación en tu cara*

Por Silvina Gamsie *

Con insistencia, en los primeros años de formación de los pediatras aparecen preguntas como “qué hacer con los familiares de los pacientes”, “qué informarles y cómo”, “qué decir y qué no, para ... ¡evitar los juicios de mala praxis!” Estas precauciones hasta hace poco no estaban presentes en el pensamiento cotidiano, y representan, sobre la relación médico-paciente, un indeseable retorno mercantilizado del legítimo derecho de los enfermos a defender su salud. Los padres, convertidos en estorbo del desempeño pediátrico, no tardan en quedar ellos también tomados por el deterioro cada vez mayor de la relación médico-paciente. Y, contrariamente a la idea de que la consulta con el médico se desarrolle en un marco de confianza, no vacilan en reaccionar agresivamente cuando la respuesta no los satisface. Violencia de los padres que era inconcebible hace unos años. Triste ejemplo es un episodio ocurrido hace pocos meses, cuando una médica de larga trayectoria en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez fue agredida a puñetazos y patadas, que le provocaron múltiples lesiones, por unos padres a los que acababa de comunicar el fallecimiento de su chiquito.