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Tú eres mi mejor regalo

 
Tú eres mi mejor  regalo
Necesito hacerme niña y verte como niño recién nacido para poder apreciar con ingenuidad y pureza el don precioso de tu nacimiento, de tu vida portadora de vida, de tu ser envuelto en sencillez y acariciado por la brisa de un cándido amor.


Eres todo lo que necesito, pero no siempre eres todo lo que yo deseo.
Cuando ataviada de prisas me incomodo ante la pasividad de tu respuesta, estoy haciéndote ver que tú no eres mi deseo.

Estar contigo ha de ser mi prioridad, mi necesidad primera.
Pero… son muchas las veces en las que enhebro hilos de descontento y pongo un remiendo en mi relación contigo.
Quiero que seas mi regalo cada día. Un presente que desenvolver con la emoción de un niño que despedaza el papel en el que está confinado su anhelado juguete.
Quiero emitir una oración nueva que llegue hasta ti ataviada de humildad, y en ella expresar mi gratitud, mi respeto, mi orgullo al sentirme querida por ti.
Necesito hacerme niña y verte como niño recién nacido para poder apreciar con ingenuidad y pureza el don precioso de tu nacimiento, de tu vida portadora de vida, de tu ser envuelto en sencillez y acariciado por la brisa de un cándido amor.
Tú eres y serás siempre mi mejor regalo.
Has salido a mi encuentro, Has hallado mi senda y con misericordia me has mostrado la tuya.
Camino en tu camino, y aunque no siempre entono el canto adecuado, sé que tú conoces lo que nadie sabe y en esa complicidad me haces entender cosas grandes y ocultas.
Albergo la esperanza de aprender un poco cada día, de sentirte más cercano, de no ser siempre tan torpe y dejar pasar el tiempo sin reconocer mi dependencia de ti.
Abrigo el deseo de verte en mí reflejo y saber que soy más tuya.
Eres mi mejor regalo. Gracias por ofrendarte de una forma tan preciosa.
Yolanda Tamayo - Contenidos EMET