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Vaya ridículo el que hizo el Sr. Enrique Peña Nieto durante su participación en la FIL de Guadalajara, resultó impresionante ver como prácticamente no supo hacer mención completa del autor y libro "que marcaron su vida" como se le había preguntado, algo que hizo que se volviera tema en twitter #LibreriaPeñaNieto.
Ésta ridiculez invariablemente me hizo regresar al año 2000, cuando se encontraban los candidatos presidenciales en ese momento haciendo lo necesario buscando allegarse como siempre, VOTOS. En uno de los debates entre esos presidenciales, el Señor Fox se equivocó en el año de la expropiación petrolera, error corregido en ese momento por el señor Cuahutemoc.
Este hecho, en su momento, también fue el gran tema, por todos lados se escuchaba a la gente comentar la torpeza del señor Fox, pero sin embargo, el señor de las botas obtuvo la votación necesaria para ganar la presidencia de la república.
Por ahí me explicaron lo que se conoce como el síndrome de la Coca-cola, que no es otra cosa que una cualidad interesante en cuanto a mercadotecnia y publicidad, consiste en que no importa que hablen bien o mal de tu producto, el chiste es que se encuentre en la mente de la sociedad potencial de consumirlo, hecho que se vuelve realidad en cuanto a política se refiere.
Nunca debe olvidarse que lo primero que hacen los especialistas en mercado y publicidad es estudiar precisamente a la sociedad donde quieren que se venda un producto, de la misma forma, especialistas tienen estudiado lo que necesita un político para que la gente, con su voto, "compre" al candidato que están promocionando.
Un ejemplo muy claro lo tenemos con el Sr. Calderón, quien en campaña hizo promesas que nunca cumplió, pero eso si, aunque llegó a mencionar en campaña el tema de la seguridad, jamás usó el término de "guerra", claro, si lo hubiera usado, más que ganar votos, los hubiera perdido, mejor se dedicó a prometer lo que los electores, ya bien estudiados por especialistas, esperaban escuchar de él, baja de impuestos, de tarifas, creación de empleo, etc etc, al final, tantito por la falta de legitimidad y tantote por los compromisos ya contraídos desde Vicente Fox para con el ASPAN y BUSH, terminó haciendo "guerra", ensangrentando al país, subiendo y sacándose de la manga impuestos, incrementando tarifas eléctricas y de combustibles, encareciendo la vida de todos etc etc,
Si bien se puede atraer votos endulzando el oído a los electores, también se puede hacer mientras hablen bien o mal de los políticos, y si bien es cierto que el ridículo de Peña Nieto es para que se comente en serio, no debemos perder de vista que, con la actitud incluso de hacer un gran tema en las redes sociales para mostrar la baja estatura cultural que tiene el precandidato priísta, podría la gente, sin querer, estarle haciendo un enorme favor rumbo al proceso electoral del 2012.
Con ese tipo de reaccionar de la gente, me queda claro 2 cosas, la primera que, si no sabe de libros Peña Nieto, es mejor que no se apunte a participar en un evento donde se hablará de libros precisamente, y la otra, que la gente debe ser prudente para no caer en el "síndrome Coca-cola" en beneficio, ni mas ni menos, de lo que no se quiere que gobierne México.
@elbote www.tiraderodelbote.com
Ésta ridiculez invariablemente me hizo regresar al año 2000, cuando se encontraban los candidatos presidenciales en ese momento haciendo lo necesario buscando allegarse como siempre, VOTOS. En uno de los debates entre esos presidenciales, el Señor Fox se equivocó en el año de la expropiación petrolera, error corregido en ese momento por el señor Cuahutemoc.
Este hecho, en su momento, también fue el gran tema, por todos lados se escuchaba a la gente comentar la torpeza del señor Fox, pero sin embargo, el señor de las botas obtuvo la votación necesaria para ganar la presidencia de la república.
Por ahí me explicaron lo que se conoce como el síndrome de la Coca-cola, que no es otra cosa que una cualidad interesante en cuanto a mercadotecnia y publicidad, consiste en que no importa que hablen bien o mal de tu producto, el chiste es que se encuentre en la mente de la sociedad potencial de consumirlo, hecho que se vuelve realidad en cuanto a política se refiere.
Nunca debe olvidarse que lo primero que hacen los especialistas en mercado y publicidad es estudiar precisamente a la sociedad donde quieren que se venda un producto, de la misma forma, especialistas tienen estudiado lo que necesita un político para que la gente, con su voto, "compre" al candidato que están promocionando.
Un ejemplo muy claro lo tenemos con el Sr. Calderón, quien en campaña hizo promesas que nunca cumplió, pero eso si, aunque llegó a mencionar en campaña el tema de la seguridad, jamás usó el término de "guerra", claro, si lo hubiera usado, más que ganar votos, los hubiera perdido, mejor se dedicó a prometer lo que los electores, ya bien estudiados por especialistas, esperaban escuchar de él, baja de impuestos, de tarifas, creación de empleo, etc etc, al final, tantito por la falta de legitimidad y tantote por los compromisos ya contraídos desde Vicente Fox para con el ASPAN y BUSH, terminó haciendo "guerra", ensangrentando al país, subiendo y sacándose de la manga impuestos, incrementando tarifas eléctricas y de combustibles, encareciendo la vida de todos etc etc,
Si bien se puede atraer votos endulzando el oído a los electores, también se puede hacer mientras hablen bien o mal de los políticos, y si bien es cierto que el ridículo de Peña Nieto es para que se comente en serio, no debemos perder de vista que, con la actitud incluso de hacer un gran tema en las redes sociales para mostrar la baja estatura cultural que tiene el precandidato priísta, podría la gente, sin querer, estarle haciendo un enorme favor rumbo al proceso electoral del 2012.
Con ese tipo de reaccionar de la gente, me queda claro 2 cosas, la primera que, si no sabe de libros Peña Nieto, es mejor que no se apunte a participar en un evento donde se hablará de libros precisamente, y la otra, que la gente debe ser prudente para no caer en el "síndrome Coca-cola" en beneficio, ni mas ni menos, de lo que no se quiere que gobierne México.
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