Featured Post

El reverso de la seguridad: inseguridad (@CamiloRamirez_)

 
El reverso de la seguridad:  inseguridad
Dicen que solo hay una cosa segura en la vida: la muerte. Lo demás está sujeto a las contingencias del azar, la finitud y el libre albedrío del otro, el semejante


Por
Camilo Ramírez Garza
Psicoanalista
Twitter:CamiloRamirez_



Pero en algún punto de la historia (aprox. siglo XVIII) se produjo un desplazamiento del control de la muerte al control por la vida, con sus efectos curiosos y paradójicos.  “¿Qué hace que la política de la vida termine por acercarse inexorablemente a su opuesto?”, es decir, producir muerte – se interrogó Michel Foucault. En el caso de México, por ejemplo, es por demás llamativo el asunto paradojal sobre la seguridad/inseguridad: solo cuando se planteó el gobierno de Felipe Calderón luchar “Con manos limpias” (slogan de campaña) para que “Limpiemos México” (slogan de campaña de seguridad nacional) se han producido miles de muertes, deteriorado no solo la seguridad nacional, sino la economía, la educación, la salud y la generación de empleo. (Cfr. Ramírez, C. “Limpieza que ensucia” (19.07.2011) en Revista EMET http://revistaemet.com/nota/limpieza-que-ensucia/2794
Si la inseguridad es una condición de la existencia de los hablantes, ¿Cómo es que la seguridad se intenta plantar como una garantía? Basta con el hecho de que surja un amo total –sea del lado del estado o del mercado- que ofrezca “quitar”, “controlar” o “acabar” con la inseguridad que nos atraviesa y carcome, que le creamos por breves momentos, para entonces capturar a ciudadanos lo mismo que a clientes. El asunto fue que primero hubo de tejerse un contexto donde se pensara que la inseguridad no existiría, ¡Un mundo feliz! (Aldous Huxley); un estado de excepción de la inseguridad y sus males donde pudiera vivirse en paz y sin ningún problema. (p.e. “Tenemos casas en fraccionamientos con bardas perimetrales y circuito de grabación de monitoreo las 24 horas del día los 365 días del año”, “Esta unidad está monitoreada satelitalmente”, “Desea guardar las células madre de su hijo/a, no vaya ser que un día lo requiera para…”, “¿Quiere usted a su familia?, le ofrecemos planes de ahorro de… ) Es decir, lo que la humanidad conoció en el s. XX como estados totalitarios, donde se intentó dejar fuera “el mal”, exterminar y borrar sus huellas, reducir a cenizas aquello que fue considerado como “malo”, una raza, un grupo, etc. y que ahora se ha transformado en los Estados-del-sentimentalismo y la seguridad/inseguridad biopolítica con rostro “amable”: aquellos que emplean en todo momento el discurso del terror para afectar los cuerpos: miedo y terror sobre la participación política y ciudadana, como estudiante y trabajador; miedo al desastre ecológico seguido del derrumbe económico, del colapso del planeta, simbólica y realmente como medios para que el sujeto no piense, discrimine y decida.
Solo cuando se habla de seguridad y seguridad sobre cualquier cosa (pruebas de confianza, sistemas de vigilancia, promesas de campaña firmadas ante notario público, etc.) desde si se cerró bien una puerta, una llave, a las relaciones amorosas, laborales y políticas, surge un reverso: la inseguridad. Puesto que no es posible desaparecer del todo un elemento de la experiencia humana: la inseguridad, que no es tanto un problema que el Estado debe de garantizar, sino una condición de las cosas, los vínculos entre los humanos y el mundo.
Si se le apuesta a que la seguridad solo puede implementarse con un soldado en cada esquina y cámaras de vigilancia y monitoreo por todas partes, con chips implantados en los brazos de cada humano,  se tendría una aberración de seguridad y una pseudo paz donde se controla no solo el crimen, sino cualquier posibilidad creativa de decisión de los humanos que da el derecho a la privacidad y al libre tránsito por el país donde uno vive.  Pues el mensaje que se nos está enviando, no solo de parte del crimen –lo cual sería de esperarse, sino del estado, lo cual es lamentable- es que: “Si quieres estar seguro, realmente seguro y tranquilo, tienes que ceder parte de tus garantías individuales, al grado que no solo el criminal pueda aplastarlas, sino Yo el Estado, por tu bien y por el bien y limpieza de México, con toda su fuerza pueda suspenderlas (Estado de excepción) para protegerte”. ¿No sería tal mensaje enviado por el Estado, velada o directamente- a los ciudadanos, la respuesta a la pregunta hecha por Foucault del por qué las políticas de la vida se aproximan a producir políticas que produzcan miles de muerte? Ya no solo como en la edad media, controlar el cuerpo para controlar el alma, sino controlar el bíos, lo orgánico del sujeto al que se le asesina vía la salud y el terror, para controlar los cuerpos y sobre todo los bolsillos, para así poder legitimarse y mantenerse en el poder, instrumentando el voto por miedo.
Twitter: CamiloRamirez_
Camilo Ramírez Garza / @CamiloRamirez_ - Contenidos EMET