AMLO se fortalece, PRI pierde terreno, Calderón rezaga al PAN (Lilia Arellano)

Andrés Manuel López Obrador exhibió que su candidatura avanza rumbo a la elección presidencial y en el corto camino recorrido ya muestra una fortaleza considerable que tiene nerviosos

Felipe Calderón enfrenta serias dificultades para imponer al ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, como candidato presidencial del PAN, pues Josefina Vázquez Mota se mantiene con mucha ventaja al frente de las preferencias electorales entre los simpatizantes y militantes panistas. En el PRI se resiente conflictos internos fuertes que no fueron resueltos con la salida de Humberto Moreira, además de que persisten las inconformidades de grupos importantes por la cesión de candidaturas al Panal y al PVEM, lo que junto con la exhibición de su incultura, ha provocado un descenso no despreciable en los índices de aceptación de Enrique Peña Nieto. Este escenario lo ha aprovechado bien Andrés Manuel López Obrador y las fuerzas de izquierda que lo respaldan, con lo que se ha fortalecido su candidatura y las posibilidades de ocupar espacios políticos importantes que se han estado buscando desde principios de sexenio.

Al panismo y al inquilino de Los Pinos el panorama electoral se les complica cada vez, no sólo para la elección federal y la renovación de la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, sino también en los comicios para renovar las gubernaturas de Guanajuato, Jalisco, Morelos, Chiapas, Yucatán, Tabasco y la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, en donde las posibilidades de que sus candidatos retengan la silla estatal o conquistar alguna son cada vez menores, y en ello influirá decididamente el ridículo aumento al salario mínimo de 2.51 pesos en la zona geográfica “A”, $2.44 en la “B” y $2.38 en la “C”, es decir 2.4 pesos en promedio, así como el incremento a las gasolinas que lleva a la Magna hasta los 9.72 pesos por litro, al Diesel a $10.78 y a la Premium a 10.08 pesos.

En este escenario actualmente sólo se ven posibilidades de ganar para los panistas en Guanajuato y se corre el riesgo de que pierdan Jalisco y Morelos. En el Distrito Federal es seguro que el PRD retendrá la posición; en Yucatán es muy difícil que el PRI pierda la gubernatura; en Chiapas es muy probable que la coalición PRD-PT-Convergencia retengan la silla estatal; y en Tabasco es factible que el PRD se levante con la victoria. Lo anterior dejaría al PAN con prácticamente nada en las elecciones para renovar gobiernos estatales en el 2012.

Al registrarse como precandidato único en los partidos PRD, PT y Movimiento Ciudadano, a donde destacó el detalle de que se presentó con corbatas de color amarillo, rojo y naranja, respectivamente, Andrés Manuel López Obrador exhibió que su candidatura avanza rumbo a la elección presidencial y en el corto camino recorrido ya muestra una fortaleza considerable que tiene nerviosos no sólo al “cuarto de guerra” del PAN en Los Pinos, sino también a los estrategas del PRI en Insurgentes Norte. El discurso y las propuestas del tabasqueño han sido consistentes y han logrado permear en el ánimo de los electores en todo el país, pues han tocado puntos neurálgicos de la inconformidad en contra de la administración de Felipe Calderón, como la inseguridad pública, el crecimiento de la pobreza y la desigualdad, la guerra inconstitucional a los cárteles de la droga, el injusto régimen fiscal, la corrupción y la impunidad de que gozan los blanquiazules.

En los actos políticos protocolarios, poco o nada se sintió la ausencia de los líderes de las corrientes contrarias al tabasqueño como Nueva Izquierda, Alternativa Democrática Nacional y Foro Nuevo Sol, cuyos miembros no fueron incluidos en el Comité de Campaña del aspirante presidencial. En la sede del “Sol Azteca”, frente a Jesús Zambrano y Dolores Padierna, presidente y secretaria general del PRD, respectivamente, así como integrantes de la Comisión Política Nacional y del secretariado pertenecientes a Izquierda Democrática Nacional y de la Red por la Unidad de las Izquierdas, López Obrador destacó la unidad de las fuerzas progresistas y en el caso del PRD subrayó que “estamos en un mismo propósito en este acto de unidad, haciendo a un lado diferencias, discrepancias del quehacer político, más cuando se es partidario de la libertad”.

Frente a personajes como Manuel Camacho Solís, Luis Walton, Dante Delgado, Ricardo Monreal, Leonel Cota y Mario Delgado, López Obrador aseguró tras sus registros en los tres partidos, que estaba dando un paso más hacia el objetivo de transformar el país y reiteró que ganará los comicios presidenciales en 2012, como lo hizo en 2006.  El tabasqueño subrayó los tres ejes que serán prioritarios en su “República amorosa”: primero, la honestidad, “la elevaremos a rango supremo, la corrupción ha invadido a nuestro país, es necesario predicar con el ejemplo”; segundo, “se van a bajar los sueldos de los funcionarios, se van a terminar los privilegios de la burocracia”; y tercero, “se dará prioridad a la educación de los jóvenes”.

En el complejo tema del crimen organizado, el líder de las izquierdas se anotó varios puntos al considerar que la solución no está en aplicar medidas coercitivas, sino en impulsar la justicia social cuyos frutos son la paz y la seguridad. “Vamos a enfrentar la crisis de inseguridad y de violencia de manera diferente a como se ha venido haciendo en los últimos tiempos”, adelantó al reiterar que “la violencia no se enfrenta con violencia, ni el miedo con el miedo, ni se puede apagar fuego con fuego”.  Agregó que “vamos a crear una atmósfera de progreso y bienestar, a abrir oportunidades de empleo para todos los mexicanos”.

Sobre este último punto, AMLO subrayó que al ganar la contienda electoral no subirá ni creara impuestos y se va respetar la autonomía del Banco de México.  Dijo que “no se va a gastar más de lo que se obtenga de ingresos”.  Finalmente, a fin de abonar a que las elecciones se den en un ambiente de libertad, paz y limpieza, López Obrador manifestó su disposición a firmar un pacto con los otros aspirantes presidenciales.

Lilia Arellano - Opinión EMET