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Una vez que María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez, ambos taekwondistas, así como las clavadistas Paola Espinosa y Tatiana Ortiz, reclamaron sus premios líquidos prometidos, resultó que no había de donde pagarlos.
Hermosillo advertía entonces que se buscarían los procesos para liquidar los 13 millones de pesos que resultaban como sumatoria de las bonificaciones prometidas y de los premios obtenidos. Pero antes de salir de la Conade en la búsqueda de un puesto legislativo para el estado de Veracruz, Carlos Hermosillo no consolidó ninguna ayuda externa y en un acto más mediático que nada –e incluso criminal--, entregó cheques personales a los medallistas, que para infortunio de todos los relacionados en este asunto, rebotaron en la institución bancaria por falta de recursos.
El sucesor de Hermosillo, Bernardo de la Garza, heredó la deuda de los medallistas de Beijing 2008 y buscó la ayuda que no pudo consolidar su antecesor, pues advirtió que la Comisión a su cargo no permitía por normatividad, entregar esos premios.
Al final, fue Banorte de Roberto González, la institución bancaria que liquidó la deuda de Hermosillo, usando claro, sus recursos publicitarios como quien dice, para “cobrarse a lo chino”.
Luego de esta historia fatídica, la Conade se ve en la misma situación, ahora ante los medallistas mexicanos de los XVI Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.
En reedición, Bernardo de la Garza, comprometió estímulos económicos a los medallistas nacionales que subieran al pódium en Guadalajara y anunció que ya la Conade contaba con 7 millones de pesos para cubrir el gasto al premiar con 300 mil pesos a quienes obtuvieran el oro, 150 mil pesos para la plata y 75 mil pesos para el bronce.
Pero el logro histórico al obtener 42 medallas de oro, 41 de plata y 50 de bronce en Panamericanos, arroja un total de 22 millones 500 mil pesos que de alguna manera reedita el problema que se vivió con la titularidad de Carlos Hermosillo.
Sin embargo, más allá de las bonificaciones económicas a los deportistas mexicanos de alto rendimiento y de alta competitividad en nuestro país, se les debería dar un apoyo total, tal como si se tratara de un trabajo. La gran mayoría de estos atletas, dedican más de ocho horas a su entrenamiento diario y pocas veces pueden combinar con estudios, y créanme, que esto no es por falta de capacidad para ajustar ambas actividades, sino simplemente, por carencia de apoyos.
Acta Divina… Sobre las dificultades que experimentó Carlos Hermosillo para que el grupo de empresarios con los que pactó los premios económicos que se prometieron a los medallistas de los Juegos Olímpicos de Beijing, De La Garza manifestó que el hecho constituye una enseñanza. "Hay que hacer las cosas con mayor transparencia, con mayor certidumbre, con mayor compromiso público de todas las partes para que esto no ocurra".
Claudia Rodríguez - Opinión EMET
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