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Continua caminando evitando la senda que lo lleve a “El valle de los problemas existenciales” y pasando de lado “La laguna de la nostalgia” se encuentra con algo poco usual, ya que no encuentra letras ni signos de interrogación, cuando de pronto, de la parta alta cae una letra y así una serie de vocales y consonantes que en un instante, forman una pregunta, comienza por inclinar un poco la cabeza para saber que dice, camina alrededor, lleva su mano a la barbilla, y lee en voz baja, ¿por qué el cielo es azul?, de pronto vuelve en sí, la voz que creía que era de él, es la de un pequeño niño reiterándole su pregunta, se toma un minuto y reflexiona –no puedo darle una explicación científica ya que no me entendería, debo ser suave en mi explicación, no utilizar palabras demasiado rebuscadas para que entienda fácilmente– se incorpora nuevamente y empieza por esclarecer su duda, el pequeño niño comienza por hacer una cara que denota aun más dudas de una pregunta que parece fácil pero que si no sabemos como explicarla, podemos hacer que no solamente él nos pierda atención, sino cualquiera. Esto sucede a menudo en muchas familias, y qué hacemos al respecto, ¿Leemos?, ¿Nos informamos?, ¿Simplemente, estamos preparados para una pregunta de este tipo?, yo creo que no.
A menudo nos pasa que, si algo suena muy complejo no nos damos el tiempo para comprenderlo o reflexionarlo –no tenemos tiempo para eso–, decimos, todo lo queremos concreto y bien explicito, así pasa con los niños y adolescentes de hoy en día, pierden el interés por el estudio, en general la educación, ya que las personas encargadas de la misma dirigida a este sector social, tienen formas muy ambiguas o no saben leer AH1N1 y confunden las letras con números, entre tantas cosas que han hecho del sistema educativo en México un total fracaso.
Pero no quiero ahondar en ese terreno, mejor retomemos lo anteriormente planteado.
¿Qué tan difícil puede resultar responder a cualquier cuestionamiento?
Existen preguntas que parecería una total perdida de tiempo o una exageración para ser investigadas y resueltas, tal vez digamos, –ya no eres un niño para preguntar esas cosas– pero, por qué no la respondiste.
En los años 90’s existía un personaje que no escatimaba en respuestas, siempre estaba tratando de resolver todo lo cuestionable, era una persona bastante extravagante, solía ser su laboratorio el lugar de donde salía esa tan anhelada respuesta, usaba una bata verde, con los cabellos totalmente levantados, tenía como compañeros; un hombre vestido de rata y su fiel asistente, les hablo del programa deEl Mundo de Beakman, programa que hacia todo más fácil, divertido y ameno, algo que nuestro maestro de química o física no hacía.
Este personaje, el de Beakman, era interpretado por Paul Zaloom, la rata era interpretada por Mark Ritts y sus asistentes, que fueron cambiadas en tres ocasiones desde su estreno en 1992 hasta 1998 que salió del aire, fueron: Alanna Ubach, Eliza Schneider y Senta Moses. Los personajes que abrían aquel programa que invitaba al conocimiento, eran un par de pingüinos que vivían en el polo sur, Don y Herb, con intervenciones durante y al final del programa bastantes divertidas.
Como fiel seguidor de Beakman no podía dejar de escribir acerca de él, ya que gracias a este programa llegué a resolver mis dudas y hasta en varias ocasiones intenté enviar una carta a su programa con alguna pregunta que en aquellos tiempos tuve.
Era un programa que tenia una dinámica bastante divertida, ágil, que captaba en seguida la atención de su audiencia, no tenía un target definido ya que adultos, niños y personas mayores podían verlo y tal vez sorprenderse diciendo –eso no lo sabía– algo que ahora se ha perdió en programas “educativos”(resalto las comillas) ya que no incitan al cuestionamiento, al por qué de las cosas, a investigar, a experimentar en temas que parecen complejos pero que los que tuvimos el privilegio de ver Beakman, nos dimos cuenta de otro tipo de realidad.
Entiendo que la televisión es un aparato receptor, encargado de enviar un mensaje al cerebro, que lo spamea o lo daña por completo pero tal vez de todo lo malo de la televisión, me atrevo a decir que Beakman fue un personaje que, el día de hoy, hace falta. Tendría muchísimas preguntas por resolver, como por ejemplo, ¿Cómo es que se cae un helicóptero?.
(Acá les dejo un capítulo de Beakman donde explica por qué el cielo es azul y otras cosas más)
@KidFreshPlay
Oscar Ramirez Pérez - Contenidos EMET
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