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Peña Nieto, un viejo anhelo de la derecha

 
Peña Nieto, un viejo anhelo de la  derecha
El mexiquense, quien se entrevistó con inversionistas estadounidenses, insistió en su proyecto de incentivar la colaboración público-privada, el mismo proyecto que impulsa Felipe Calderón en el Congreso, para convertir al Estado


Frente a la propuesta de la izquierda y en total contraste, Enrique Peña Nieto dejo claro en Nueva York su apoyo a la inclusión del sector privado en la petrolera estatal Pemex para, dijo, convertir a México en una “potencia energética”. En realidad es un viejo anhelo de la derecha: Ernesto Zedillo hizo esa propuesta en 1999 y Vicente Fox en 2002, pero sus iniciativas fueron paralizadas en el Congreso ante la movilizaciones sociales en su contra. No obstante, en 2008 Calderón logró con el apoyo del PRI la aprobación de una polémica reforma energética que permitió, entre otras cosas, que en agosto pasado Pemex ofreciese contratos que admitieron a empresas privadas participar en la extracción de crudo por primera vez desde 1938, sin que, hasta ahora, el país perdiera completamente la propiedad y beneficios del crudo.

El ex gobernador del Estado de México fue contundente al señalar que la titularidad pública (del Estado mexicano sobre Pemex)  “no riñe con abrir la participación de esta empresa al sector privado”, una entrada que, según él, impulsaría la creación de empleo y la expansión económica del país, que crece a un 1.7 por ciento anual, comparado con el promedio de 3.4% en América Latina.
El mexiquense, quien se entrevistó con inversionistas estadounidenses, insistió en su proyecto de incentivar la colaboración público-privada, el mismo proyecto que impulsa Felipe Calderón en el Congreso, para convertir al Estado “en un aliado del sector privado”, a fin de lograr una mayor inversión en ciencia, tecnología y educación, entre otras áreas, cuando la realidad es que la actual administración del michoacano ha derivado no sólo en administrador de los negocios e intereses de los empresarios domésticos y estadounidense y español, principalmente, sino en su abierto sirviente. Hacia ese objetivo se dirigen las propuestas del aspirante priísta cuando habla de la “necesidad” de otra reforma fiscal y laboral.
Durante una conferencia organizada por la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas, que estuvo presidido por el embajador John Negroponte y en donde se reunieron estudiosos, analistas, diplomáticos, hombres de empresa, inmigrantes mexicanos y representantes de medios de comunicación, Peña Nieto presentó el decálogo de propuestas que son el corazón de su plataforma política a la Presidencia, y en donde destacan, además de la propuesta de abrir Pemex a la inversión extranjera, el fortalecimiento de las instituciones y corporaciones de seguridad pública para combatir al crimen organizado.
Ese es el candidato que impulsan PRI, PVEM y Nueva Alianza a la Presidencia de la Republica. Esos tres partidos firmaron el jueves el acuerdo de coalición para ir juntos en la contienda para el 2012 por la candidatura a la primera magistratura de la Nación. Humberto Moreira del PRI, Arturo Escobar del PVEM y Luis Castro de Nueva Alianza, signaron el documento y se congratularon de sus “muchas coincidencias”. 
Cabe destacar que el líder priista, Humberto Moreira, advirtió que no se irá del cargo sino hasta 2015, cuando termine su mandato, tras la defensa que realizó Enrique Peña Nieto de su persona al denunciar una “guerra de lodo” que, dijo, ha emprendido la oposición con la colaboración de algunos medios para tratar de desacreditar al coahuilense y poner en tela de juicio la equidad en el proceso de selección interna de su partido.
Lilia Arellano