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¿No imagina el por qué?

¿No imagina el por  qué?
¿Seguirá pensando Calderón que nadie sabe por qué registrar el nombre de una empresa ante la SRE?



Lamento mucho el comentario sobre todo porque viene de un licenciado en Derecho de la Escuela Libre de Derecho y quien también ostenta una maestría en Administración Pública  del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), así como otro posgrado en Administración Pública de la Universidad de Harvard.
Constituir un negocio en nuestro país, se pretende como asunto serio y regulado incluso por leyes extraterritoriales y más ahora que los gobernantes mexicanos presumen un día sí y al otro también, que los mexicanos estamos inmersos y activos en una economía globalizada. Sorprende el enunciado calderonista ahora que el propio señor Felipe Calderón asumirá el cargo de presidente del G-20 desde el primero de diciembre de este año y hasta el 19 de junio del 2012,  organismo mundial que entre otros tiene la premisa de incentivar y desarrollar el comercio internacional.
¿Seguirá pensando Calderón que nadie sabe por qué registrar el nombre de una empresa ante la SRE?
La verdad, quien esto escribe, no lo sabía a ciencia cierta, ni cuáles eran los fundamentos legales.  Pero es fácil imaginar que si deseara emprender un negocio de hamburguesas por ejemplo, no podría utilizar un nombre que aquí o en otro país, tuviera ya, marca registrada.  ¿Y qué tal si a mi negocio tocara un extranjero con deseos de invertir capitales mayores a los míos como mexicana?
Y para que a todos nos quede claro el por qué registrar nuestro negocio ante la SRE, les comporto mi propia investigación.
De conformidad con lo que establecen los artículos 15 de la Ley de Inversión Extranjera y 13 del Reglamento de la Ley de Inversión Extranjera y del Registro Nacional de Inversiones, se requiere permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores para la constitución de sociedades. Para tal efecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores, en términos de lo que establece el artículo 13 del Reglamento citado, otorgará los permisos para constitución de sociedades, solamente cuando la denominación o razón social que se pretenda utilizar no se encuentre reservada por una sociedad distinta. Asimismo, si en la denominación o razón social solicitada, se incluyen palabras o vocablos cuyo uso se encuentre regulado específicamente por otras leyes, la Secretaría de Relaciones Exteriores condicionará el uso de los permisos a la obtención de las autorizaciones que establezcan dichas disposiciones legales.
Una vez acotado lo anterior,  queda claro que sí hay quienes saben para qué y por qué solicitar la aprobación del registro de nombre de una empresa o negocio ante Relaciones Exteriores. 
Pero en fin, parece que el trámite más inútil para los mexicanos es el de sufragar para elegir a nuestros representantes.

Acta Divina…Con premios que iban de los 100 mil a 300 mil pesos, en septiembre del 2008, la Secretaría de la Función Pública (SFP) lanzó el concurso ciudadano "El trámite más inútil" en la administración del gobierno federal.
Claudia Rodríguez - Opinión EMET