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Luto en la cultura por muerte de Daniel Sada

 
Luto en la cultura por muerte de Daniel  Sada
El ambiente cultural mexicano ha manifestado su pesar a causa de la muerte del escritor Daniel Sada, quien falleció a las 23:00 horas de ayer debido a un mal renal, apenas unas horas después de que fuera anunciado como uno de los ganadores



Adriana Jiménez, su esposa, había lamentado durante la tarde del viernes la indisposición del poeta a causa de su quebrantado estado físico, que lo que no fue posible darle la buena nueva anunciada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), por temor a que la agradable sorpresa lo impactara de más. Sin embargo, a los 58 años de edad, víctima de una enfermedad renal que lo aquejaba hace varios años y sin haberse enterado de este importante galardón obtenido por su obra, murió el escritor nacido en Mexicali, Baja California, el 25 de febrero de 1953, dejando tras de sí una amplia y rica herencia literaria.
Considerado uno de los impulsores de la literatura del norte, entre los elogios que recibió está el del chileno Roberto Bolaño, quien señaló en su momento que "Daniel Sada está escribiendo una de las obras más ambiciosas de nuestro español, parangonable únicamente con la obra del autor Lezama Lima".
Sada obtuvo los Premios "Xavier Villaurrutia", Nacional de Literatura, de Narrativa Colima para Obra Publicada y Herralde de Novela, y apenas la tarde de ayer la SEP lo dio a conocer como uno de los ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011, en la categoría de Linguística y Literatura.
Sada padecía una insuficiencia renal crónica terminal provocada por la diabetes, que lo mantuvo hospitalizado en repetidas ocasiones durante el último año. El deceso ocurrió en el Hospital Primero de Octubre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, en Lindavista, donde fue internado el miércoles por una infección pulmonar.
Daniel Sada, autor de tres libros de poemas, cinco de cuentos y nueve novelas, su obra "Porque parece mentira la verdad nunca se sabe" le mereció en 1999 ser considerado un renovador de la narrativa mexicana. Becario del Centro Mexicano de Escritores en 1978, tuvo como tutores a Juan Rulfo y Salvador Elizondo.
Calificado como escritor obsesivo, tallerista generoso, lector compulsivo y apasionado del béisbol, Sada era también un amante del buen comer y un hábil jugador de ajedrez. Hace unos meses apareció su novela "A la vista", y su editor tiene ya en sus manos otra, lista para publicar, "El lenguaje del juego".
Revista EMET - NTM