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En Los Pinos ya se siente el frío

 
En Los Pinos ya se siente el  frío




No obstante,  la residencia oficial de Los Pinos en donde habita el señor Felipe Calderón, se empieza a inundar de una sensación de frialdad  ante el último año de administración del principal habitante de dicho espacio.
Pese a lo que el círculo calderonista pueda decir o defender, el hecho es que los últimos doce meses de esta administración, indicarán una curva a la baja para con la popularidad de Felipe Calderón y cada vez más crecientes reclamos sobre el estado vulnerable del país en decenas de aspectos.     
Aunque hoy en día  y casi por once meses más,  Calderón será el presidente de Grupo de los 20 (G-20), foro de cooperación y consultas entre los países participantes para tratar temas relacionados con el sistema financiero y que como mandatario del país se le hayan otorgado reconocimientos y elogios en materia económica y de finanzas, lo cierto también, es que el país sufre terribles problemas de desempleo, desabasto e inflación.  La paridad del peso frente al dólar rebasa ya, los $14.15.
Pero el hecho que irrita más a Calderón en estos últimos tiempos, es el que no se le reconozca de manera generalizada las ventajas de la “guerra contra el narcotráfico” que inició, sí, de forma unilateral desde el principio de este sexenio y que vino a ocupar la gran mayoría de los recursos humanos, materiales y de recursos económicos  nacionales y los etiquetados como ayuda del extranjero, y que además, desplazó sin mayor explicación, el proyecto de creación de empleos -- compromiso slogan de Calderón en su campaña de candidato presidencial.
Calderón ya no disimula su ira –ni siquiera lo intenta--, ante quienes dice no le reconocen su empeño de acabar con los criminales que por acción u omisión han hecho de nuestro país, un verdadero mercado de la droga.  Pero tampoco acepta, que esta empresa de enfrentarse cuerpo a cuerpo con los criminales, ha dejado una enorme cantidad de vidas perdidas, de torturados y de violaciones a los derechos humanos, no sólo entre quienes infringen la ley, sino también entre muchos inocentes,  nombrados ahora “daños colaterales”.
Pero la Presidencia, iracunda que está, no sólo señala que “tales violaciones, que por supuesto son repudiadas y castigadas por el Estado mexicano, no son, de ningún modo, sistemáticas ni mucho menos resultado de una política institucional", cuando lo sistemático deviene precisamente de que tales hechos son producto de la estrategia criminal.
¿O no fue sistemático que dos secretarios de Gobernación murieran en eventos aéreos en medio de un sexenio que declaró la guerra abierta a los narcotraficantes?
El frío en Los Pinos debe ser entumecedor.  Qué lejos quedó el verano del “haiga sido como haiga sido”.

Acta Divina… Presidencia de la República, analiza ejercer acción penal contra los ciudadanos por denunciar los crímenes de guerra y de lesa humanidad del Estado mexicano y del narco, en el marco de la lucha contra el crimen organizado.

Nos reencontramos pronto
Claudia Rodríguez - Opinión EMET