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Columna Política “Desde el fondo” Golpes mortales: equidad sin equidad


Por equidad de género se entiende el trato imparcial de mujeres y hombres, según sus necesidades respectivas, ya sea con un trato equitativo o con uno diferenciado pero que se considera equivalente por lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las obligaciones y las posibilidades. En el ámbito del desarrollo, el objetivo de lograr la equidad de género, a menudo exige la incorporación de medidas específicas para compensar las desventajas históricas y sociales que arrastran las mujeres.
La legislación mexicana obliga a las autoridades a castigar la violencia contra las mujeres; sin embargo, nada especifica cuando la agresión de género afecta a los varones.
En la actualidad, no existe la equidad real de género, si un hombre responde de manera violenta en contra de una mujer, se va a la cárcel sin más.
La falta de cultura de denuncia por maltrato masculino (gracias al machismo imperante en nuestro país) es evidente: sólo el 2% de las víctimas recurren a las autoridades, principalmente por vergüenza, para evitar ser considerado un "macho asustado por que su mujer es de carácter fuerte.
En los últimos años las denuncias de hombres maltratados por sus parejas ha ido en aumento, como también ha ido en aumento el grado de agresividad y maltrato.
En 2010, el Instituto Nacional de Geografía Estadística e Informática (INEGI) informó que la proporción de reportes es de 15 a 85, todavía con desventaja para las mujeres; sin embargo, en 2009 eran sólo 15 palizas para hombres y 95 las mujeres.
Relacionado con este tema, actualmente existe un programa de radio semanal denominado “A la vanguardia”, dirigido a público masculino, en donde se dedica un lapso de 10 minutos del mismo para realizar una especie de “catarsis” de hombres que se quejan de la desigualdad con la mujer y como son víctimas de maltrato psicológico y físico realizado por mujeres (novias, esposas, madres hermanas, etc).
Dicho programa ha narrado, por voz de los radioescuchas, historias de mujeres que atacan a sus parejas con instrumentos punzocortantes, utensilios de cocina y demás objetos que puedan provocar lesiones severas a los hombres, siendo este tipo de actos un elemento más de una gama de de agresiones femeninas, siendo el principal objeto de chantaje los hijos procreados.
Lo que verdaderamente es impactante es la actuación sistemática de las autoridades en el tema, por ejemplo, cuando se da una separación, las leyes otorgan la custodia a las mujeres en el 99% de los casos por regla general, existen Ministerios Públicos que cuando ven a un padre pelear por la custodia de sus hijos se ríen y miran con lástima a al padre.
Hay casos de hombres que, víctimas de la violencia de sus mujeres, denuncian y solicitan el divorcio por la vía civil, y como venganza de ello, las mujeres llegan a denunciar abuso sexual, así paso con un hombre profesionista, responsable, con un trabajo estable y reconocimiento laboral, que, después de 90 diligencias y cinco años de litigio lo absolvieron (sobra decir que el costo económico que pago por su defensa fue de más de 500 mil pesos, aunado a que una vez que se dictó sentencia tampoco pudo ver a sus hijos, perdió el trabajo por asistir a los citatorios y aprovechando toda esa desgracia, la madre del menor argumento desempleo de su ex cónyuge para desechar la patria potestad compartida).Actualmente el proceso se encuentra en segunda instancia.
De acuerdo a información de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal el 50% de los casos de divorcio son manipulados a favor de las madres para otorgarles la patria potestad o para recibir una mayor pensión alimenticia.
Actualmente, a nivel federal existe únicamente la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, publicada el 28 de enero de este año en el Diario Oficial de la Federación, que como su nombre lo dice, es para las mujeres, ¿y los hombres qué?... una pregunta que no es importante…