Columna: *El triunfal resurgimiento de AMLO tiene a Calderón alterado

 

El helicopterazo, la derrota michoacana, el triunfal resurgimiento con todas las adhesiones de López Obrador, la eliminación en el Senado del fuero presidencial y la debilidad y soledad de los candidatos panistas, tienen al señor Calderón alterado

El helicopterazo, la derrota michoacana, el triunfal resurgimiento con todas las adhesiones de López Obrador, la eliminación en el Senado del fuero presidencial y la debilidad y soledad de los candidatos panistas, tienen al señor Calderón alterado y tal ha quedado debidamente demostrado cuando, al referirse al presidente de Uruguay, José Mujica, se confundió ante el asombro del propio visitante y de los asistentes al acto celebrado en Guadalajara y lo hizo “presidente de Ecuador”. Doña Margarita tuvo que sacarlo inmediatamente de ese error que cobró otras dimensiones cuando el mandatario uruguayo sostuvo que en América Latina alguien tiene que gritarle a los países grandes.

Mujica, como se sabe, es representante de la izquierda en su país y no tuvo empacho en hacer referencia a la política exterior mexicana –del pasado-, resaltando que “México casi como nadie ha cultivado a lo largo de muchas décadas una política de brazos abiertos para todos los perseguidos del mundo ofreciendo su convivencia y exigiendo siempre una cosa elemental, que no se introduzca en los pleitos internos de México”. Así, agradeció el cobijo que este país le ha dado a los perseguidos, palabras que por supuesto no pueden pronunciar otros mandatarios que han reclamado cadáveres de sus connacionales.

Antes de viajar a Guadalajara, Calderón se reunión con los ingenieros durante el acto de su 26 Congreso nacional; habló de que le falta un año y que éste será “un año de verdadero sprint, pero estoy absolutamente decidido a cerrar con tambor batiente, no sólo concluyendo proyectos que me toco iniciar sino iniciando otros relevantes, determinantes para la vida del país”. Y todo parecería estar muy adecuado a su estilo excepto por el “tambor batiente”, término que se utiliza en las guerras. ¿Será ese el verdadero cierre?

Lilia Arellano