Antes de Calderón 2 mujeres asesinadas con arma de fuego; en 2011 suman mil 500

Todo indica la creación de un sistema penal paralelo, cuya característica es la de un Estado de excepción.

Durante el Cuarto Coloquio de Otoño "Sentimientos y Comunidad", realizado en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se advirtió que "hay una guerra de limpieza social. Sorprende y abisma ver el reservorio de violencia tan fuerte que se está manifestando en nuestro país."

Cabe comentar que mientras el sistema de procuración de justicia sólo percibe el 10 por ciento de los recursos en este rubro, el Ejército duplicó su presupuesto, en tanto la Secretaría de Seguridad Pública lo ha triplicado.

Según cifras de la Comisión de Feminicidios de la Cámara de Diputados, entre el año 2000 y el 2009 se documentó un aumento en el número de homicidios, de 10 mil a 19 mil. También, señaló, se incrementó la crueldad con que se cometen.

Se estima que se elevó, en nueve años, el uso de armas punzocortantes en homicidios masculinos, en un 139 por ciento. En tanto, el uso de ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, creció 135 por ciento.

El número de mujeres asesinadas con arma de fuego, presuntamente a manos de organizaciones criminales, pasó de sólo dos casos, en 2006, a 865 en 2010. En lo que va de 2011, ya suman mil 500.

De igual manera una encuesta realizada por Parametría, cuyos resultados arrojaron que hay, aproximadamente, 230 mil personas desplazadas de su domicilio en el país, consecuencia de la violencia, aunque el informe noruego sobre seguridad y desplazamiento de población habla de 750 mil personas.

Las comunidades están desgarradas, perdiendo incluso su capital social, las relaciones de conocimiento y de confianza con la que funcionaban, sobre todo las más pobres de ayuda entre sí.

Importante decir que no es que no haya esperanza, pues hay muchas organizaciones sociales, de jóvenes, de ciudadanos y ciudadanas que se están movilizando, que están haciendo cosas. Hay una buena parte de gente que está entendiendo que hay que cambiar y plantear formas de sociabilidad más pacíficas, civilizadas y respetuosas.

Jonathan Pérez I.