Alianzas y cuotas dividen al PRI

 

De Jorge Emilio González el desgaste se presentó por los sucesos ocurridos en la torre “Esmeral”, por las propiedades que se dice ahí posee y que se ubican en Cancún, Quintana Roo.

El sobreviviente de seis sexenios, el yucateco Emilio Gamboa, de inmediato se apresuró a realizar el llamado de rigor a los militantes y dirigentes priístas para que acompañen a Peña Nieto el domingo próximo al inmueble que alberga al PRI en donde habrá de registrarse como precandidato. El que “si sabe como hacerla” –con toda la marrullería que tal frasecita encierra- alzó la voz para ser mano en este anuncio. Le siguieron el ex mandatario de Hidalgo, el viudo Manuel Ángel Núñez Soto, para señalar que el tricolor es tan fuerte y su candidato cuenta con tantas virtudes reconocidas ampliamente por los ciudadanos que no requiere de “juanitos”, ni de tiempos en radio y tv para precampaña.

Beltrones, por su parte, insiste en que la unidad debe darse para cambiar no para permanecer igual y en esto se encierra ese absurdo temor a una contienda interna, a buscar la democracia primero dentro de su propio partido. Aunque asegura que su voto es para Peña Nieto habrá que considerar que es sólo uno de los muchos que puede moverse y exige a la vez que la dirigencia tricolor, es decir, Humberto Moreira, explique las alianzas con el Verde y el Nueva Alianza, ya que hasta lo que ahora se ve es una alianza hacia fuera y una clara y fuerte división y multiplicación de inconformidades hacia adentro. Ahora bien, ¿son realmente tan fuertes las estructuras priístas? Porque si la respuesta es afirmativa, ¿para qué aliarse con quienes traen mayúsculos desgastes a cambio de unos cuantos puntos? ¿Es tan único, reconocido, virtuoso su candidato? De ser así y estar muy por encima de los demás, ¿de dónde tanto miedo que se busca apoyo en el pantano?

Han comenzado a salir charlas de la maestra Elba Esther Gordillo con sus dirigentes, mismas que son a puerta cerrada, en las que expresa su opinión con respecto a panistas y priístas y su desconfianza hacia éstos últimos, sin ocultar en ningún momento el conocimiento de que están utilizando al magisterio, a ella, a sus agremiados, para obtener el poder y después pretender manipularlos, por lo que los acuerdos a los que llegan en el presente son muy claros y están debidamente signados. No existe el convencimiento y de ahí que incluso hubiese señalado la posibilidad de ir solos en algunas contiendas en un futuro próximo, sobre todo si Televisa insiste en quedarse con la Secretaría de Educación,   ambición para la cual trabaja estratégicamente con donaciones a través de “bécalos”.

Con todo y el haber cumplido con el acuerdo con la familia Calderón para elevar hasta hacerla competitiva a doña Luisa María, en Los Pinos desempolvan expedientes que dan cuenta de vida y milagros de la chiapaneca, acción que comenzó cuando sacaron algunos “trapitos al sol” en su enfrentamiento con Miguel Ángel Yunes, y si ese asunto que se antoja menor frente a lo mucho que se dice con respecto al manejo de cientos de millones de pesos desembocó en un apoyo indiscriminado y una alianza blanquiazul de estas dimensiones en tierras de la familia pinolera, nada bueno puede esperarse ante otros de mayor envergadura y teniendo enfrente una contienda presidencial.

Por lo que respecta al Partido Verde, también las inconformidades van en aumento al desplazar a quienes han hecho trabajo político en sus Entidades y a otros que ya supieron incluso de las mieles del poder estatal y que gozan de simpatías que les garantizan triunfos sin discusión ni problema en las urnas. Se considera que las posiciones que les han entregado superan -y por mucho los puntos que ofrecen-  y ha quedado muy claro que no tienen presencia ni cuadros dentro de ese instituto político que den la pelea por lo que los quieren suficientemente amarrados.

De Jorge Emilio González el desgaste se presentó por los sucesos ocurridos en la torre “Esmeral”, por las propiedades que se dice ahí posee y que se ubican en Cancún, Quintana Roo. Sobre el supuesto suicidio de la búlgara se ha dicho de todo, desde la trata de blancas, tráfico de órganos, hasta el probable asesinato pasando por el consumo de drogas. Lo cierto es que nada podrá hacerse ya que el cadáver de la joven Galina Chankova fue cremado y no hay forma ya de profundizar en investigaciones. Sin embargo, lo anterior no ahoga las intenciones de panistas y perredistas de exhibir al “niño verde” y ambos tienen material para hacerlo ya que como se recordará Juan Ignacio García Zalvidea “el chacho”, lo “estrenó” con los videoescándalos y la chamaqueada.

A este partido le están entregando 25 curules de diputados y 10 senadurías, a esto se suma lo que puedan obtener por la vía plurinominal. Uno de los ejes de mayor atención por lo que la Entidad significa en varios renglones, pero muy particularmente en el turístico, se da con la nominación de González Martínez como cabeza de fórmula para el Senado en Quintana Roo, ya que si como se prevé - sobre todo después del reconocimiento y apoyo brindado públicamente por Andrés Manuel López Obrador a Gregorio Sánchez Martínez como candidato a esa misma posición- no está a la altura para competir con el ex preso nayarita, ya que en ninguno de los casos juega la honestidad, la honradez, el buen manejo del dinero público, los negocios limpios o las buenas costumbres.

González Martínez es el corrupto e indeseable de fuera, Sánchez Martínez es el de casa. En medio de esta gran orgía de personajes aparece el ex gobernador Félix González Canto cuyo capital político es garantía para el PRI y que sin duda haría ganar a ese partido, con todo y tener que cargar con un compañero de fórmula como el ex dirigente del Verde, y podría ser que hasta Gregorio se les sumara al alcanzar un escaño como primera minoría. De ahí que no pueda entenderse el por qué de semejante voltereta que permita que, de resultar Alicia Ricalde la candidata blanquiazul, ya no pueda verse tan planito el proceso que se avecina. Es claro que la división y el rencor de la militancia tricolor por esta imposición pueda reflejarse hasta en la votación para los diputados. Hay quien asegura que todavía la última palabra no está escrita. Ya se verá.

Lilia Arellano